Comienza con la información. Emitida y recibida, por supuesto. Esto incluye el medio o instrumento transmisor, con sus implicaciones sobre los propósitos y objetivos de una entidad o individuo. La calidad siempre va a superar la cantidad, y esta vez no será la excepción.
Pongámoslo de esta forma: debes cuidar tu salud, de manera preventiva o curativa. Procede acudir a un internista o un médico veterano que te someterá a una serie de estudios para determinar el tipo de atención que necesitas.
Es el mismo protocolo para el cuidado de la imagen, previo o a posteriori. Es de rigor conocer todo sobre el objeto bajo tratamiento. Su composición, ofertas, mercados, áreas de influencia, esto es, potencial y alcances.
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Ahora, que el internet con sus múltiples opciones han sumado atributos y complejidades, es oportuno tomar en cuenta las implicaciones que nos traen estas ventajas. Los avance tienen sus riesgos, desde luego.
Las redes sociales con la figura del influencer parecen poner patas arribas a todo el esquema que nos habíamos planteado décadas atrás. Y esto debemos entenderlo y verlo meticulosamente para ahorrarnos un uso inadecuado, festinado a veces.
Como ocurre incluso con los medios convencionales, análogos, que un influencer -por decirlo de alguna forma-, tenga una alta incidencia no significa que sirva a nuestros propósitos. ¡Ojo! Los mensajes, así, la imagen, tienen sus particularidades. De manera que generalizarlas es sustraerlas de la alta significación que les otorgan sus características. Esto es, su personalidad, valor intrínseco en sus componentes, incluyendo ofertas y productos con la promesa de venta de cada uno.
Lo que quiero decir, en pocas palabras, es que el uso de los servicios de información, con su aprovechamiento, va a ser determinado por la calidad -prestigio, reputación y autoridad-, del medio o instrumento transmisor. Dejarse llevar sólo por las cifras que sitúan en lo más alto a unos que otros canales e influencer, es un error tan grave como desconocer la importancia de saber administrar las dosis a ser emitidas, en el momento adecuado.
Poner esta tarea en manos de un profesional competente, experto y juicioso, es lo más provechoso y sensato. El manejo de la información es tan sensible y conlleva tantos riesgos como el cuidado de la salud. Y no estoy exagerando.
Eduardo Álvarez
cenitcorp@gmail.com