Editorial Opinión

Cuidar la Cumbre

Cuidar la Cumbre

La XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, a celebrarse los días 24 y 25 de este mes en Santo Domingo, representa un trascendente compromiso diplomático y político para República Dominicana que acogerá a 22 dignatarios incluido al Rey de España, Felipe VI.

Mandatarios y ministros de exteriores abordarán temas relacionados con la cooperación internacional por el desarrollo y tránsito hacia un nuevo orden económico “más justo, verde y sostenible”, así como el diseño de una ruta crítica para alcanzar una seguridad alimentaria incluyente en la región.

Esa cumbre, que se celebra por segunda vez en Santo Domingo, tiene como lema “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”, señal de que los mandatarios presentes harán énfasis en arribar a acuerdos que apunten hacia modelos políticos, económicos y sociales basados en la promoción de justicia y equidad.

Temas relacionados con derechos digitales y medio ambientales también serán abordados en ese conclave con ribetes de histórico, porque reunirá a jefes de Estado y de gobiernos iberoamericanos que marcan nuevas tendencias políticas y filosóficas.

Además del contenido de una agenda elaborada en base al consenso de las cancillerías participantes, con asesoría de organismos multilaterales y referencias de cumbres anteriores, en el encuentro de Santo Domingo se presentarían alternativas de soluciones a conflictos coyunturales entre países latinoamericanos.

Se menciona como ejemplo la problemática migratoria que afecta a Chile, Brasil, Colombia, Venezuela, Bolivia, Panamá, Mexico, Ecuador y Centroamérica por el flujo de migrantes que usan esos territorios como vía de paso o de asentamiento definitivo, por lo que se requiere de acuerdos intrafronterizos para sobrellevar esa situación.

Esa cumbre, de tanta importancia para consolidar la reputación del país como cuna de la democracia en América, tendría riesgo de afectación a causa del ruido expansivo que provocaría el expediente Operación Calamar, más aun por la presencia de decenas de periodistas y cadenas internacionales de televisión que cubrirán ese evento.

Lo deseable sería que la sede de la Cancillería, donde se celebrará el encuentro iberoamericano de jefes de Estado y de gobiernos, quede blindada ante el tumulto jurídico y político que provoca la repentina acometida del Ministerio Publico, por aquello de que no se pelea frente a la visita.

El Nacional

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