Opinión

Cultura light

Cultura light

Vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura light, del envase, que desprecia el contenido de las cosas. El ya muy famoso término light, significa ligero, donde la profundidad y esencia de las cosas ya no importan, sólo importa lo superficial, lo ligero, lo desechable.

Nos hemos ido acostumbrando, y es una preocupante actitud que vemos en muchos de nuestros jóvenes, de esta tendencia y cultura hacia lo rápido y ligero. La tecnología pone en sus manos rápidas respuestas, y el investigar, analizar y sacar sus propias conclusiones, es algo para lo que no tienen ni la intención ni el tiempo. Esta cultura hace creer a los jóvenes que se puede vivir en la ley del mínimo esfuerzo.

La consecuencia de ello es que se tiene jóvenes sin criterios, adictos a la moda pasajera y sin originalidad. No nos oponemos en absoluto al desarrollo tecnológico, pero el estudiante debe convertirse en el protagonista de la construcción de sus conocimientos mediante una dedicación y el esfuerzo mental para lograr las bases de su formación académica.

Al vivir una vida light, el ser humano se ha vuelto liviano, quiere vivir y gozar la vida aquí y ahora, sin consistencia ni compromisos, sin deberes, pero sí insistiendo en todos sus derechos, no para asumir mayores responsabilidades, sino para poder disfrutar y gozar con menos limitaciones.

Como padres es nuestro deber orientar y rescatar a nuestros jóvenes de esta cultura de vida, siendo para ellos un ejemplo de comportamiento, buen testimonio y coherencia de vida de nosotros los padres, maestros y formadores.

Debemos enseñar a nuestros hijos a apreciar las cosas, no por su valor sino por lo que nos cuesta obtenerlas, y ganarse lo que desean con su esfuerzo y voluntad. Mostrarles que no siempre se logra lo que se quiere y enseñarles a ser pacientes, que en la vida no todo es diversión y placer, y que hay momentos de tristeza y sufrimiento. Enseñarles a fijarse metas.

El Papa Francisco, en una sabia reflexión nos exhorta a formar a nuestros chicos en dos valores fundamentales: la libertad y el servicio.

La libertad entendida como el reflexionar sobre lo que hacemos, saber valorar lo que es bueno y lo que es malo, cuáles son los comportamientos que hacen crecer, a elegir siempre el bien, a no tener miedo de ir contracorriente aunque no sea fácil; y el servicio visto como el abrirse a los demás, especialmente a los pobres y necesitados, a trabajar para mejorar el mundo en que vivimos, siendo hombres y mujeres siempre dispuestos a todo por el otro con alegría. Sabias palabras de nuestro admirado Papa Francisco. Hasta el próximo jueves.

El Nacional

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