Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSA

DE SALUD Y OTRAS COSA

Fue en el año 1906 que el psiquiatra Alemán Alois Alzheimer describió el caso de una dama con trastornos de la memoria, del lenguaje y de la orientación.

A este descubrimiento se debe el nombre de una degeneración del cerebro incurable, de curso progresivo y deteriorante que ataca a humanos de más de 60 años.

El común de la gente ante cualquier fallo de memoria afirma en tono chistoso que la enfermedad se está iniciando. Aprovecho para orientar a la familia sobre 10 señales que deben hacernos sospechar el inicio del quebranto (Velazco S 2008):

1.- Olvidos frecuentes, sobre todo, de los hechos más recientes.

      No saben donde han dejado la llave, la cartera etc.

2.- Las tareas habituales se dificultan, por ejemplo, llenar un cheque, preparar un alimento o salir de compras.

3.- Con frecuencia no encuentran la palabra adecuada para expresar una idea o cambian por palabras inapropiadas.

      “Quiero el…. eso”. Saben para qué sirve una cosa, pero se le dificulta llamarla por su nombre.

4.- Se desorientan, salen para el colmado de la esquina y se extravían y no sabe como regresar solos a la casa.

5.- Alteraciones en juicio y cálculo: “el abuelo pagó de menos en la ferretería”. A veces toman cosas que no les pertenecen.

6.- El pensamiento abstracto se altera. No interpretan bien

     los refranes. Olvidan los cumpleaños y otras actividades

     rutinarias de las celebraciones familiares.

7.- Cuando algo se les extravía en la casa, suelen culpar a los otros; se tornan irritables y recelosos, a veces aun habiendo cenado , piden su comida de nuevo.

8.- Cambios en el patrón de comportamiento: De cuidadoso,

     gentil y educado se ha tornado grosero y desinhibido.

9.- Variaciones del ánimo sin razón aparente. Pasa del enojo a la tristeza y de ahí al aislamiento refunfuñón.

10.- Desinterés por las cosas, pierden el impulso y no toman  iniciativas, “ el viejo está echao”, dice el pueblo.

Quiero compartir estas señales con mis lectores e invitarlos a llevar para un buen chequeo a su pariente donde un geriatra, un neurólogo, un médico familiar, un psicólogo, un psiquiatra, o un médico internista. Un profundo examen físico; una exhaustiva evaluación analítica de la sangre; la aplicación de escalas especiales para memoria y estudios de imágenes del cerebro como la resonancia magnética-

nuclear con espectroscopia. Este último estudio da información sobre los químicos del cerebro.

Actuemos a tiempo, que aunque no curemos, por lo menos podemos detener el avance de la enfermedad.

El Nacional

La Voz de Todos