Opinión

DE SALUD Y OTRAS COSAS

DE SALUD Y OTRAS COSAS

César Mella

 

 

El niño que vivió en la cárcel

Se trata del título de la novela del médico gineco–obstetra de Santiago de los Caballeros Francisco Oscar Espino Torres.

Al describir la obra el escritor Domingo Caba Ramos dice: “ Todo ocurrió en tiempos del corte o matanza de haitianos llevada a cabo en la República Dominicana durante la dictadura de Trujillo. Juana, una negra que parecía haitiana, sale a comprar leche para mitigar el hambre del hijo que lleva en los brazos. Unos guardias la apresan por ser negra y no portar el acta de nacimiento del niño (Joel) y es conducida a la cárcel junto a este. Para evitar que el pequeño muriera de hambre y frío, la madre se lo concede en adopción a un soldado del régimen ( Niple). Ya todo un hombre Joel cree que Niple es su padre biológico. Esta creencia se mantuvo hasta que doña Carmen, una cuñada suya, levanta el velo y se descubre la verdad”.

Esta obra está basada en un hecho real en donde de forma novelada se sustituyen los nombres y tiene un carácter auto testimonial pues el autor estuvo muy cerca de todo lo ocurrido.

Aunque el Dr. Espino es escritor de oficio, no solo por sus contribuciones en el periódico La Información en su columna “Ciencia Hipocrática” que escribe desde el año 2001.

Esta obra está precedida por las contribuciones: “Aportes y Retos a la Ginecología y Obstetricia” (1999) ; “ Manual de raíces griegas, latinas y folclóricas de la terminología medica “ (2000) y “Ciencia Hipocrática: la otra cara del médico” (2010).

Al leer esta novela transcribo un párrafo que aparece en la página 41 para que comprueben la frescura y el realismo de sus descripciones fisonómicas: “La madre de Senaida era una mujer delgada, de hablar quedo. A pesar de su escasa formación académica tenía una voz dulce, que casi suspiraba al dirigirse a los demás. Unos ojos vivos claros casi azules. Cara linda, nariz aguda y refinada, tez blanca y fina como la nieve”.

Esta exquisita descripción procede de la pluma y capacidad inspirativa de un hombre que viene de la formación actoral; de una práctica sindical ininterrumpida; de un cooperativista de vocación y de un docente de convicción.

Uno de los mensajes relevantes de la obra estriba en la necesidad de declarar en el ámbito familiar los hechos de adopción, legalizarlos y hacer saber a sus otros hermanos la verdad sobre la procedencia de ese hermanito.

Para darme la razón Lore afirma que: “Adoptar es verbo, no es adjetivo. Un niño fue adoptado, no es adoptado. Es un hecho más en su historia, no una característica suya como el color de su pelo. Sus verdaderos padres son los que le adoptan para cuidarlo, educarlo y sobre todo para amarlo. Los que le dieron la vida son sus padres biológicos. Adoptar no es un acto de caridad, es una forma de hacer familia, un acto de amor.

Recomiendo de inmediato esta lectura valiente y bien narrada y deseo terminar con las palabras sobre el tema del filósofo Fernando Savater: “Lo que cuenta no es el derecho de cualquiera a adoptar un niño sino el derecho del niño a no ser adoptado por cualquiera”.

El Nacional

La Voz de Todos