César Mella
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¿Cómo reconocer
tus emociones? |
Tanto las emociones positivas como las negativas se almacenan en el sistema límbico, en el centro de nuestro cerebro. Dos archivos, la amígdala y el hipocampo conservan estos registros. Para Freud, sacar del inconsciente los episodios o emociones negativas del pasado (traumas) en un acto catártico en medio de una asociación libre venciendo la resistencia.

Una lluvia de recuerdos nos invaden a la hora de evocar nuestras emociones al través de nuestra biografía.
A diario la gente sufre impactos emocionales.

Dos ejemplos de confrontaciones que se generan como emociones negativas: “licenciado Gutiérrez pase a buscar por recursos humanos su liquidación usted fue cancelado”; otra de carácter sentimental: “Pedro esto debe terminar , he fingido mucho, pero yo no te quiero”.

Contrastemos con otros dos escenarios en este caso, generadores de emociones positivas: “Ingeniero la gerencia general ha decidido incrementar su salario y designarlo jefe del departamento”; “yo te acepto como mi novio y me excusas por esta larga espera”.

John Meyer psicólogo de la Universidad de New Hampshire ha clasificado a las personas en tres grupos en función de cómo se vinculan a sus emociones:

-Personas conscientes de sí mismas: son las que saben en cada momento lo que están sintiendo. Cuando experimentan emociones negativas luchan para desembarazarse de ellas reconociéndolas y neutralizándolas. Los estados de ánimo negativos les duran poco. Son personas sanas y positivas.

Su autoestima alta les permite torear las adversidades.
-Las personas que quedan atrapadas en sus emociones: son volubles y caprichosas. Se ahogan en un vaso de agua. Se sienten abrumadas y confusas y tratan de escapar sin una conciencia objetivada de lo que les ocurre. Son portadores de la ansiedad y la depresión que mina su calidad de vida.

-Las personas que aceptan sus emociones: dicen entender lo que les está ocurriendo pero no hacen nada para cambiarlo. A pesar de aparentar buen humor pero sin motivación para el cambio. No dan un solo paso para salir del túnel. Los problemas que les generan ansiedad y sufrimiento los encuentran postrados en la inanición.

Los psiquiatras y los psicólogos intentan llevar al segundo grupo al primero, es decir, a los atrapados a hacerlos conscientes de sus emociones negativas y ofrecerles herramientas para hacerlos más asertivos. ¿Para qué revivir emociones traumáticas del pasado? La hipnosis, la exploración de vidas pasadas, el psicoanálisis clásico, el exorcismo de base religiosa, son algunos de los métodos que supuestamente nos llevan a aclarar nuestros archivos traumáticos y que nos perturban hoy día.

Mi crítica es que recordar no es borrar, sino que debe ser un proceso de profunda espiritualidad en donde el perdón y la aceptación jueguen su papel.

Algunos teóricos llaman abreacción a este proceso. Si después de leer estas notas usted decide revisar sus emociones:
La primera entrevista marca el camino:
1.- Acudir de forma voluntaria al terapeuta.
2.- Admitir que tienes un problema (abrirte).
3.- Que el profesional elegido te genere confianza.
4.- Que el costo y duración de tu tratamiento estén bien definidos.
5.-Que se te ofrezca un diagnóstico y que trabajes con pasión, fe, y la esperanza de cambio.