La Operación FM ha evidenciado las debilidades del sistema, según el expediente, para perseguir el lavado de activos. Por más complicidades que pudieran existir, por algún lado tenía que sonar la alarma sobre las millonarias operaciones financieras realizadas por una persona sin trabajo ni actividad comercial legítima.

Dice el Ministerio Público que la encartada Dyna Noguera Polanco pasó de un empleo de cuatro mil pesos mensuales a acumular 43 millones de pesos en cinco años, sin despertar ningún tipo de curiosidad de las autoridades. El expediente dice que la imputada también tenía 18 cuentas de ahorros y 26 tarjetas de crédito.

Por más complejo que sea la persecución del lavado de activos hay casos que deben llamar la atención de alguno de los agentes del sistema administrativo.

Intriga que la DGII, para citar un caso, no interviniera sobre operaciones millonarias realizadas por personas que no tributan ni declaran sus ingresos.

El Ministerio Público tendrá que probar los cargos contra los diputados, entre los que figuran una exdiputada y otro exfuncionario.

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Mientras con la operación ha evidenciado que la lucha contra el lavado de activos procedente de la corrupción o el narcotráfico necesita de una vigilancia más estricta.

Al parecer es fácil burlar los controles a través de operaciones sin despertar siquiera curiosidad entre los representantes del sistema.