Al proponer que el tránsito sea gestionado por las alcaldías, el exministro de Obras Públicas, Deligne Ascención, no ha necesitado de su sutileza para reconocer que el Intrant y la Digesett no han dado pie con bola en la reglamentación y fiscalización de la circulación de vehículos.
Ascención, que preside el Gabinete de Transporte del Gobierno, subrayó que donde hay desorden, como en la circulación de vehículos, no hay desarrollo.
Y de ahí, según él, la importancia de la municipalidad como responsable del ordenamiento territorial, los cuales, aunque no posean recursos para la inversión en infraestructura vial y medios de transporte, «sí tienen capacidad para trabajar en el ordenamiento, por su visión de planificación y desarrollo».
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Sobra reconocer que en todas las grandes ciudades el tránsito es gestionado por los cabildos. La participación de las alcaldías en la gestión del tránsito que propone Ascención podría representar una importante fuente de ingresos de actuar con rigor frente a las violaciones de las leyes que son el pan nuestro de cada día. El desorden y la dilapidación de recursos humanos están entre los gritos más desesperados de los usuarios frente a la problemática del tránsito.

