Opinión

Demócratas dictadores

Demócratas dictadores

No hay elecciones de dictadores. Ningún pueblo los elige, ellos se imponen, con fraude y a la fuerza. Unos cuantos mandatarios, originalmente elegidos en las urnas, se tornan despóticos para cubrir sus ambiciones materiales y de gloria. Los presiona el miedo a volver a la normalidad y someterse a probables escarceos populares y judiciales.

Su vocación se delata en afanes reeleccionistas, reiterativos e irrefrenables, en los que no paran mientes. Baez, Lilis, Horacio, Trujillo, Balaguer, en fin, jugaron roles parecidos en diferentes formas.
Propinan estocadas mortales al sistema de partidos, al orden moral y jurídico y, sobre todo, a la economía. Proceso totalitario en el que se encuentra el punto más débil. “El poder totalitario solo es fuerte si no tiene que ejercerse con mucha frecuencia”, entiende Karl W. Deutsch.

López Obrador: “reafirmo que no estoy de acuerdo con la reelección”

Forzadas repostulaciones dejan secuelas dañinas al cuerpo político del Estado con efectos indeseables, de manera inmediata. “El Príncipe que tiene a todo el pueblo como enemigo, nunca puede estar seguro, y mientras mayor es su crueldad, más débil se irá volviendo”. Si el procurador Jean Alaim hubiese leído a Maquiavelo no enseña el refajo ni se hubiese hecho el cobarde papel de fiera asustada, como lo hizo frente a la magistrada Miriam Germán.

Apenas los centros de poder democrático, partidos de oposición incluidos, posibilitan una real resistencia a dictaduras en cierne o enraizadas. Los puntos vulnerables, se prestan a ser definidos a la hora de detectarlos. Proceden, de este modo, estrategias pautadas por el momento político. No hay una regla general para combatir y sacar al dictador reeleccionista del poder, pero sí un performance.

No pretendo hacer de este corto artículo un manual de resistencia, ni una bitácora política para trazar el camino hacia el 2020. Es, si acaso, una voz de alerta, tal Grito de Dolores, del padre Hidalgo, rescatado hoy en Andrés Manuel López Obrador: “Reafirmo que no estoy de acuerdo con la reelección y que nunca, bajo ninguna circunstancia intentaría perpetuarme en el cargo”.

El mundo se inclina reverente ante Mexico y su Presidente. Pero ante la despreciable figura del dictador, dondequiera que se encuentre, el enfrentamiento y la lucha incesante.

El Nacional

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