Opinión

Desprevenidos

Desprevenidos

Ernesto Guerrero

En la historia de la humanidad han ocurrido muchas guerras y muchas epidemias, y sin embargo guerras y epidemias cogen a la gente siempre desprevenidas. Todos lo veíamos llegar, pero a veces es mejor negarlo, a vernos obligados a tomar medidas consideradas extremas. Inmerso como estábamos en un proceso electoral, ciudadanos y autoridades convenimos, que lo primero era evitar el pánico.

Eso es una gripe, el sarampión es más letal; eran algunos de los comentarios de gente que hace opinión; incluyendo profesionales de salud— que sin proponérselo propiciaron la dilación en la respuesta. Sabíamos que la epidemia nos iba a afectar y no nos percatamos que los insumos y medidas anunciadas eran insuficientes, perdimos un tiempo valioso, que ahora nos esforzamos en enmendar.

La tendencia de la epidemia en el país sigue a la ocurrida en Italia y España y no a Corea del Sur. – ¿Qué pasó? Las fronteras tardaron en cerrarse y cuando aparecieron los primeros casos importados perdimos la oportunidad para hacer una investigación agresiva, para detectar y aislar los contactos; se imponía hacer pruebas masivas en la comunidad para determinar donde empezaba a circular el virus. Lamentablemente no poseíamos pruebas suficientes y las que teníamos, se colocaron bajo un protocolo infranqueable.

El Ministro de Salud es un hombre capacitado y de serenidad pasmosa, que se ha convertido en un líder que informa e inspira confianza en la población. Sin embargo, este positivismo y el anhelo de que todo va a salir bien, no siempre es fructuoso. Fueron desatinados sus comentarios iniciales de que todo estaba bajo control y el ofrecer garantías para ir a votar, sin percatarse de que el virus ya estaba circulando en la población.

El pico de la epidemia está todavía lejos, nos quedan varias semanas de encierro, presumo que el próximo desacierto será: revelar la falta de camas hospitalarias, de ventiladores y de equipos de protección. Todo esto que debió planificarse con anticipación, será justificado diciendo que lo mismo ocurre en muchas otras partes.

Yo que creí haberme preparado para la cuarentena, descubro cada día que me faltan insumos. A regañadientes de mi mujer, hago pedidos a domicilio. Desgraciadamente siempre confunden la orden. Ahora no sé qué hacer con tantos ajíes morrones verdes, si yo los solicité rojos.

El Nacional

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