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Dessalines y Duvalier

Dessalines y Duvalier

Julio Martínez Pozo

La Sociedad Dominicana de Bibiófilos acaba de realizar un formidable aporte al conocimiento  de la fascinante y tempestuosa historia del pueblo haitiano: la primera traducción al español de la obra “From Dessalines to Duvalier, race, color and the Independence of Haití”, del escritor David Nicholls.  (De Dessalines a Duvalier, Raza, Color y la Independencia de Haití). La publicación  está prologada por el escritor, periodista e historiador, José Báez Guerrero.

El autor es un sacerdote, investigador y politólogo inglés, graduado en The London Schools of Economics, que  transita con erudición y claridad “desde el primer gobernante de Haití Jean Jacques Dessalines que nació en 1758 y falleció en 1806, quien proclamó la independencia de Haití y luego fue proclamado Emperador con el nombre de Jacques I, hasta el gobierno del dictador François Duvalier un médico haitiano que gobernó desde 1957 y luego de 1964 hasta 1971 en calidad de presidente vitalicio con poderes absolutos”.

Comparto algunos de mis subrayados de la obra: “La tesis fundamental de este libro es que, si bien la conciencia de la identidad racial ha sido un factor poderoso que desde los primeros días ha unido a los haitianos en una determinación por preservar su independencia nacional, la cuestión del color ha sido una influencia decisiva, que ha llevado a la erosión de una efectiva independencia.

A lo largo del siglo XIX, y entrando el siglo XX, los partidos rivales, a menudo reflejando antagonismo de color, han estado dispuestos a invitar la intervención extranjera antes que permitir que sus oponentes tomaran el poder”

Sobre la diferencia de la esclavitud a ambos lados de la isla Hispaniola el escritor dice que “España  adoptó una actitud maternal hacia sus colonias, que se manifestó en un trato más humano de los esclavos”, y citando al escritor Linstant sobre ese aspecto: “La religión -declaró- es la causa más grande de esta bondad”. “Sin embargo, esto de ninguna manera abolió el prejuicio de color en las colonias españolas”.

“Un racismo similar es evidente en la vecina República Dominicana, donde el político mulato Gregorio Luperón sostuvo que una raza mixta de europeos y africanos era particularmente apropiada para el clima del Caribe. Además, atribuyó el comportamiento bárbaro del “salvaje general Heureaux” a su descendencia que es de Haití”.

En referencia a Laroche, historiador, Nicholls dice que éste “al igual que muchos de sus contemporáneos, vio la política en Haití como una lucha entre una tradición despótica con sus raíces en Africa y las ideas de la libertad, igualdad y fraternidad que se derivaron de la Revolución francesa. Esta última tendencia estuvo representada por el Partido Liberal y, en menor medida, también por el Partido Nacional, los cuales defendían principios civilizados y trabajaban por el bien común”

“La despótica tradición africana estaba encarnada en una facción, los piquets, liderados por el presidente Salomon, quien fue acusado de provocar una guerra de castas al agitar los negros contra los mulatos”.

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