La comunidad internacional se regocija ante el anuncio de que Israel y Hamás han acordado una primera fase de un Plan de Paz que incluye una retirada parcial del ejército israelí de la Franja de Gaza, la liberación de 29 rehenes y el ingreso libre de alimentos y medicinas a la zona en conflicto.
Ese acuerdo, gestionado por Estados Unidos, Egipto y Qatar, conlleva un inmediato cese al fuego, aunque la Fuerza de Defensa de Israel bombardeó ayer un edificio en Gaza, bajo cuyos escombros quedaron atrapados 43 gazatíes, pero ayer el Gabinete de Seguridad del Estado Judío aprobó el fin de la guerra.
El presidente Donald Trump anunció que viajará a Medio Oriente para participar en los actos de confirmación del cese de hostilidades, en tanto que el jefe del equipo negociador de Hamás, Khalil al Hayya, dijo que recibió garantía de los países mediadores de que “la guerra ha terminado”.
Aun con el regocijo colectivo por el anuncio de que el conflicto entre Israel y Hamás habría llegado a su fin, todavía prevalece el temor de que Israel reanude los bombardeos después que recupere los rehenes, aprensión que no fue subsanada porTrump, quien se limitó a responder con un “veremos”.
Tampoco se ha determinado el destino de la población de Gaza, tras la entrada en vigor de ese acuerdo de paz, ante lo cual el mandatario estadounidense dijo que “bueno, ellos saben exactamente lo que tienen que hacer. Ahora mismo no se puede vivir allí”.
Una humanidad que mostró indignación por el acto terrorista perpetrado por Hamás en Israel, con saldo de más de mil 200 fallecidos y decenas de secuestrados y que repudió la desproporcionada represalia israelí que ha causado más de 67 mil muertos en Gaza, saluda hoy el advenimiento de ese acuerdo de paz.
En la Franja de Gaza, millones de seres humanos aguardan por la entrada libre de alimentos y medicinas, para frenar una hambruna que impacta sobre niños y adultos. En Washington cruzan los dedos para que el Premio Nobel de la Paz recaiga sobre el presidente Donald Trump.
Los ruegos son para que Israel y Hamás respeten los compromisos que asumen para garantizar el fin de una guerra con tinte de terrorismo patrocinado por Hamás y de exterminio étnico perpetrado por la Fuerza de Defensa Israelí. Que no se olvide nunca que las tierras de Gaza y Cisjordania pertenecen al pueblo de Palestina.