El presidente Luis Abinader se unió al liderazgo de América Latina que reclama una relación con la Unión Europea (UE) basada en equidad, valores comunes, entre los cuales el mandatario dominicano ha identificado el abordaje mutuo a la persistente pobreza y desigualdad.
Se resalta que el discurso del jefe de Estado ante la Cumbre de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) estuvo alineado con los pronunciamientos de otros estadistas que abogaron para que el continente no sea solo una fuente de materias primas para el resto del mundo.
Abinader dijo que los nexos con la UE deben enfocarse sobre una visión de multilateralismo y compromiso con el desarrollo, mientras Inácio Lula Da Silva, abogó para que se ponga fin a la división de trabajo que condena a América Latina y el Caribe al suministro de materias primas y mano de obra mal pagada.
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Jefes de Estado, de Gobierno y cancilleres de las antiguas colonias europeas evitaron que el tema de la guerra entre Rusia y Ucrania extraviara la voluntad común de reclamar de la Unión Europea una recomposición en los nexos entre esa comunidad integrada por 27 naciones y la Celac, con 33 países asociados.
El planteamiento del presidente dominicano para que Europa y América Latina asuman compromiso de cooperación a los fines de promover convenios multilaterales, como la Agenda 2030, el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y el Convenio de Diversidad Biológica, obedece a esa expresión de cohesión regional.
La UE es aun la principal fuente de inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe, superior a lo que invierten empresas europeas en China, India, Japón y Rusia. En la cumbre de Bruselas, la Comunidad Europea anunció nuevo financiamiento a la región por US$50,000 millones.
En comparación con los pronunciados por sus homólogos, el discurso del presidente Abinader abordó temas relacionados con la reestructuración de la deuda y provisión de liquidez para detener la crisis del endeudamiento, así como la asistencia de la UE para promover igualdad y cohesión social.
En la Cumbre de la Unión Europea y la Celac, América Latina pudo unificar criterio en torno a la necesidad de que su relación con Europa no sea vista como fuente de provisión de materias primas, sino como una asociación justa, basada en valores recíprocos, como se consigna en el discurso del presidente Abinader.
