Editorial Opinión

Don José

Don José

La muerte de don José Augusto León Asensio, expresidente del Grupo León Jimenes, la Cervecería Nacional Dominicana, Cervecería Bohemia y Fundación Eduardo León Jimenes, enluta a la sociedad dominicana que pierde a un gran líder empresarial que supo vincular los negocios con el cultivo de responsabilidad social corporativa.

Junto a sus hermanos logró transformar y diversificar la modesta industria cigarrera de la familia y convertirla en uno de los emporios más grandes e influyentes del país, cuyos productos ocupan lugares de privilegio en el mercado nacional e internacionales.

Fue un ciudadano ético, íntegro, humilde, solidario y sensible que sentó cátedras entre sus iguales en la manera de resolver conflictos o crisis de reputación corporativa, mediante formas democráticas y justas de resolución de divergencia basada en el respeto a los derechos de todos los intervinientes.

Se resalta su pasión por la cultura y los deportes en torno a los cuales fungió como activo propulsor a través de las empresas que dirigió con eficiencia y en consonancia con el bien común, por lo que artistas, deportistas, emprendedores y toda la población lamentan hoy el deceso de ese apasionado mecenas.

El nombre de don José ingresa a la historia dominicana por su inestimable contribución al desarrollo de la economía, a la educación, la cultura, los deportes y el emprendimiento. Paz a sus restos y consuelo a su familia.

Por aquí no

Razones tendrá el Gobierno para negar el aterrizaje en aeropuertos dominicanos al avión privado que transportaba ayer al primer ministro de Haití, Ariel Henry, procedente de Nueva Jersey, Estados Unidos, que finalmente arribó al aeropuerto Luis Muñoz Marín, de Puerto Rico.

El gobernante haitiano no pudo ingresar a Puerto Príncipe porque su terminal aérea estuvo asediada por grupos armados que procuran su derrocamiento, al igual que otros aeropuertos donde multitudes se congregaron para oponerse a su retorno.

La presencia aquí del señor Henry resultaría altamente perjudicial para la seguridad interior del Estado porque sería como trasladar el epicentro de la crisis haitiana hacia el territorio nacional y porque el perfil de ese gobernante se aleja cada día más de todos los escenarios posibles de diálogo, advenimiento o resolución del drama haitiano.

El Nacional

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