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Echan 6 meses a feminicida

Echan 6 meses a feminicida

HATO MAYOR.  Seis meses de prisión preventiva impuso ayer la jueza interina del juzgado de la Instrucción de Hato Mayor, al dominicano que hace nueve días descuartizó a su esposa puertorriqueña.

La jueza Yumiry Tuit Santana dispuso que Bernardo Antonio Batista Vilorio, de 43 años, permanezca en prisión seis meses mientras el ministerio público elabora el expediente en su contra por el asesinato de su mujer, Cecil Lanzo Canario, de 30 años.

El imputado dijo a los investigadores policiales que  nunca pensó matar a su mujer , pero que ella le fue encima con un cuchillo.

Batista Vilorio   dio la explicación a  la Policía en Hato Mayor, antes de ser llevado al tribunal.

“Cuando ella llegó de la discoteca eran las 3:40 de la madrugada del sábado y le pregunté que dónde estaba y con quién estaba y qué hacía a esa hora en la calle, cuando el hombre soy yo y estoy acostado desde temprano”, narró.

Agregó que cuando la cuestionó, ella le fue encima y que forcejearo, tras lo cual ella fue a la cocina a buscar un cuchillo con el cual supuestamente lo atacó, pero que él logró arrebatarle el arma y la tiró al piso.

“Ya en el piso la apreté por el cuello casi por 20 minutos, la solté al ver que ya no se movía, la había asfixiado, estrangulado”, dijo, agregando que llevó el cuerpo hasta el baño y ahí la descuartizó.

Reveló que pensó tirar los restos al mar,  pero que desistió al pensar que podía ser descubierto por alguien o por la Policía que tiene un destacamento en el embarcadero. “Entonces, abrí la puerta que da acceso al patio, busqué una escalera y la coloqué en la pared que da acceso a El Casón, una vivienda abandonada que queda detrás de la vivienda donde vivo, subí los bultos y lo dejé caer al otro lado, luego crucé al otro extremo y deposité las fundas y las sábanas con los pedazos de carne en el  pozo o aljibe”, dijo a los oficiales.

Manifestó que luego regresó  al interior de la casa y lavó bien el baño hasta borrar evidencias del crimen y se acostó.

El idilio entre Cecil y Bernardo llevaba años y era de conocimiento del pueblo de Sabana de la Mar, el maltrato que el hombre daba a su mujer a quien celaba constantemente.

Un vecino notó que algo olía mal y decidió saber qué era  cuando vio en el aljibe una pierna y una cabeza flotando en el agua por lo que avisó a las autoridades policiales.

El Nacional

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