Editorial Opinión

El amor y el interés

El amor y el interés

El interés mundial en la guerra entre Rusia y Ucrania ha sido infinitamente mayor al que concita la crisis de Haití, pero ambos episodios han quedado opacados por los cruentos bombardeos del ejército de Israel contra la población civil de Gaza en represalia por el atentado perpetrado por el grupo Hamás en territorio israelí.

En términos de pérdida de vidas humanas el conflicto de la Franja de Gaza ha causado más de 12 mil muertos palestinos y unos mil 400 israelíes asesinados por milicianos de Hamás que dispararon contra asistentes a un festival en una zona limítrofe al sur de Israel, donde también secuestraron a más de 200 personas.

Aunque el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitó a Ucrania un año después que el ejército rojo incursionó en territorio ucraniano, su presencia en Israel se produjo casi inmediatamente de declararse el conflicto, con previo envío portaaviones y submarinos colocados frente a las costas del territorio judío.

El presidente Volodímir Zelenski se quejó porque ha disminuido el suministro de municiones desde Estados Unidos y otras naciones de Occidente, lo que representa un serio problema, “porque la atención está mirando hacia Oriente”.

Haití estuvo de moda en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su dilatado drama de violencia y desintegración de sus instituciones atrajo el interés de Washington, China, Rusia, Francia y Canadá, pero hoy ese problema ha sido literalmente borrado del mapa para dar paso al conflicto entre Israel y Palestina.

Ucrania, que ha recibido de Estados Unidos y aliados miles de millones de dólares y todo tipo de armamentos de última generación destinado a su frente de guerra, ha advertido que sus fuerzas retrocederán ante el ejército ruso porque los suministros se han desviado hacia Israel.

Si ese desplante de Occidente se produce ante Ucrania, país colocado en las narices de Rusia, qué trato se puede esperar hacia Haití, en su condición de la economía más pobre de América, que no representa ningún interés para las grandes potencias en términos geopolítico y económico, frente a la importancia estratégica del Medio Oriente.

Tribunales de Kenia mantienen el veto a que su ejército encabece la Fuerza de Pacificación que ayudaría a la policía haitiana a combatir las bandas armadas a restituir el orden en esa nación.

Ante ese cuadro de incertidumbre, gobiernos y élites políticas y económicas dirigen sus resabios hacia República Dominicana, el vecino que nada tiene que ver con esa tragedia.

El Nacional

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