Opinión

El año nuevo

El año nuevo

Se acerca cual aurora radiante, con su misterio y su abstracticidades desconocidas, la llegada del año nuevo entre abrazos, llantos y alegrías.

Ya llega el 2015, y su antecesor se esfuma como una vela entre opiniones, y su cara marchita por el vaivén del tiempo.

Año nuevo en las concepciones diversas de símbolos, es vida nueva, esperanzas furtivas en el desconocer y trillar del reloj silencioso y atento, que brilla desde lejos, señalando los instantes que habrá de recorrer su itinerario ignorado.

Se abren y deslizan las cortinas del tiempo, inmerso hoy en terrible y opresora miseria, en los cinco continentes, el hambre siniestra golpea por doquier, cual abrojos entristecidos, en la más grotesca de tantas agonías.

Las brisas invernales traen el olor de las floridas rosas nacionales, cuyas hojas han sido durante ciertas épocas, el candor de nuestras frentes, al ceñirse en forma de coronas serenas.

¡Ay!, qué bello es rememorar los días y meses del año que se marchan, estrellándose ante mares infinitos, porque no fue posible, como Ulises, ver resurgir de las brumas amables y las torres de Italia, sin embargo durante el año que termina, pido la culminación de varios sueños y anhelos, y al frente a veces un mar azul, ayer olas pretendían besar la playa con una inmensa y desbordada pasión enternecida.

Ya dentro de breves horas, al repicar las campanas, gritos y alaridos, se esfume para siempre el año 2014, quedando los recuerdos, lamentos, tristezas, conquistas y desesperanzas que para tantos tuvo su reinado.

En las introspecciones del alma, diremos como en el ayer: ¡año viejo que te vas, y ya nunca volverás, y si volvieras, jamás me encontrarías!

Y yo, marineros de los mares infinitos te pregunto: ¿A cuántos seres humanos dejas envueltos entre las blancas sabanas del hecho en tantos hospitales? ¿A cuántos les arrebataste uno o varios seres queridos, dejándolos sumergidos en la depresión, tristeza, llanto y dolor? ¿A cuántos inocentes dejas tras las rejas carcelarias, con pocas o ningunas esperanzas de conquistar su libertad? ¿cuántos miles y millones se encuentran inmersos, bajo los flagelos del hambre, falta de oportunidades, carencia de vestuarios, viviendas sin energía, calles intransitables y polvorientas?

Al alborear el 2015, imploramos al Dios todopoderoso, traiga a este mundo un poco de paz, amor, equidad social, compresión, unidad y habilidad, especialmente a nuestro glorioso país, y se condene el oprobio de la corrupción perniciosa y dañina, la prepotencia de varios miembros de las Fuerzas Armadas y de otras instituciones del Estado, ignorando que son servidores públicos al servicio de la nación.

Que la soberbia, el odio, las arrogancias, subestimaciones, la pobreza y el olvido inmerecido, el caudillismo y la desigualdad desaparezcan de la faz de la tierra.

Y que juntos los dominicanos y dominicanas podamos entonar: año nuevo vida nueva, el mal se va y el bien se espera, quisiera Dios que nunca fuera mi esperanza una quimera. ¡oh! bendito año nuevo que llegas. Amén.

El Nacional

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