La semana pasada, la destacada banda británica Coldplay, como parte de su gira mundial, estuvo de visita en la República Dominicana, celebrando con gran éxito un concierto que deleitó a miles de personas. A la par, hubo otro aspecto que marcó su visita y fue su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad.

La primera señal de ese compromiso fueron las peticiones de la banda durante su estancia en el país. Pidieron que se presentara un plan concreto de reciclaje de los desperdicios de plásticos, cartón o cualquier material generado durante su concierto. Es decir, organizaron un evento apegado a una cultura de carbono neutral.

También dispusieron que el material usado detrás del escenario fuera de cristal o cartón, agregando a ello la instalación de un equipo que registrara todo el consumo de combustible por hora y litros, para obtener una base de ahorro de energía. Y, por si fuera poco, pidieron que todo proveedor tuviera un plan sobre qué haría con los desperdicios al finalizar el concierto.

En mi calidad de ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, horas antes del concierto, tuve la oportunidad única de estar con Chris Martin y Will Champion, quienes nos acompañaron al Parque Ecológico de Nigua para llevar a cabo una jornada de reforestación, gracias a una gestión conjunta con el embajador británico en el país, Mockbul Ali, acto que contó con la presencia de la Ministra de Cultura, Milagros Germán, así como con ambientalistas y jóvenes músicos dominicanos. Nuestra gratitud, por supuesto, al empresario Saymon Díaz.

La plantación de manglares fue el centro de una actividad llena de simbolismo y que marca la relevancia de que agrupaciones musicales de renombre mundial promuevan la defensa del medio y la preservación de los recursos naturales, una visión que manifestó Coldplay incluso antes de que la pandemia irrumpiera en el mundo, cuando anunciaron en el año 2019 que dejarían de celebrar conciertos hasta que los organizadores de cada cita fueran respetuosos con el medio ambiente, como efectivamente ocurrió en el caso de la República Dominicana.

Que llegaran al país con este tipo de iniciativas, con el punto culminante del primer concierto carbono neutral de nuestra historia, marca un antes y un después en la relación medio ambiente / eventos masivos, como son conciertos musicales, una oportunidad para extrapolar esta experiencia a todos los visitantes y artistas locales, porque no solo pondría en evidencia una cultura distinta, mejor y sostenible; también supondría obrar con el ejemplo, para que millones de personas vean en sus artistas favoritos la posibilidad real de ser respetuosos y defensores del patrimonio natural de todos.