(Fragmento de “Conversación con Efraim”. Por Eugenio García Cuevas. Editorial Isla Negra, 2024)
Eugenio García Cuevas: ¿Efraim, cuándo sentiste por primera vez la necesidad de escribir, de expresar en historias o ensayos ese numen que te impulsa a mantener activa, creativa y holísticamente tu producción literaria?

Efraim Castillo: Eugenio, todo está conectado a la fisiología. Recuerdo que en una entrevista que le hicieron a Marcio Veloz Maggiolo, le oí decir que para criticar y escribir se necesitaba el sistema. Yo creo en el sistema, pero cuando te adhieres a él te encasillas, te vuelves su esclavo. Mi lectura desde los 4 años fue asistemática, porque cuando aprendí a leer tomaba de la biblioteca de mi abuelo los libros que me gustaban. El primero que leí fue «Genoveva de Brabante», de Christoph von Schmid.

Pero también leía libros de historia, literatura, filosofía; todo lo que esa inmensa biblioteca presentaba ante mí. Aquel era mi universo, un mundo donde encontraba palabras nuevas con múltiples significados. O sea, yo soy una autoformación -un autodidacta dirías tú.

EGC: ¿Es un pensamiento nómada, un nomadismo-deseo para encontrar y liberar, un proceso de deseducación, ya que la educación es domesticación y la academia domestica?
EC: Eugenio, el nomadismo tiene su hábitat. Los mongoles de Siberia y los samis de la Laponia son nómadas en un mundo posmoderno. Son nómadas de estaciones, de trashumancias, de retornos dentro del mismo hábitat; y esos retornos marcan diferencias dentro de lo mismo.

El mongol y el sami se mueven alrededor del alimento de sus caballos, camellos, renos. Salen de un lugar, van a otro, pero retornan al lugar de donde salieron, como los dioses de la historia: como Osiris, Dionisio, como el übermensch de Nietzsche. El eterno retorno. Por eso Jesús, nuestro salvador, muere y resucita en cada pascua.

EGC: Ese retorno… ¿es circular?.

EC: El nomadismo es circular, como los retornos. Pero hubo otro nomadismo sin retorno ocasionado por los cambios geofísicos del planeta y ocasionó profundas migraciones humanas hace dos millones de años. Durante esas migraciones el homo sapiens, el desinovano y el neandertal se encontraron y mestizaron en el Cáucaso. Hace poco se encontraron fósiles de ese mestizaje, de esa asociación humana.
EGC: ¿Es así tu lectura… nómada, se mueve constantemente?

EC: Mi lectura y mi forma de escribir no diría que son nómadas, son recordatorias, memorativas; o sea, un día deseo escribir con metáforas, buscando múltiples significados a las cosas y aferrado a la noción ortegagassiana de “la metáfora como un instrumento mental imprescindible, como un medio esencial de intelección”; y otro día puedo escribir un cuento, debido a que soñé o recordé una historia vivida.

Casi todos los relatos que escribo están conectados a historias, a sueños, a recuerdos. Si lees la Biblia comprobarás que Dios le habló a Jacob en sueños. O sea, la conexión de Dios con el ser humano está sujeta a sueños. Ese podría ser el concepto holístico que tú ves en lo que escribo y lo que he sido.