No es posible hablar sobre emociones sin hacer mención al psicólogo estadounidense Paul Ekman, quien dedicó la mayor parte de su carrera al estudio de las emociones y cómo éstas se expresan.
Entre todas ellas, definió el desprecio como una emoción hacia los demás, la cual puede generar en la persona la sensación de ser moralmente superior a otro.
Esta emoción puede sentirse hacia los demás por considerarlos menos válidos en cualquier aspecto, por ejemplo en cuanto a inteligencia o fuerza.
Se trata de una emoción que, cuando es excesiva, puede estar presente también en algunos trastornos de la personalidad antisocial o el trastorno narcisista.
Lo que es claro es que el desprecio, a diferencia del asco, no puede surgir ante olores, tactos o gustos sino que siempre se siente hacia las personas o hacia sus comportamientos y aunque se trata de un sentimiento con una connotación negativa, puede ser bastante placentera para quien la siente.
Cuando el desprecio se vuelve muy frecuente, intenso y duradero, podemos vivir en una constante espiral de juicio e incluso odio hacia los demás, dedicando un gran esfuerzo a demostrar nuestra superioridad y poniendo el foco de atención en la crítica de comportamientos y actitudes.
La muestra más reciente sobre desprecio ocurrió el pasado viernes en la 80ª Asamblea General de la ONU, cuando decenas de representantes de diferentes países abuchearon y se retiraron de la sala cuando el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, subió al estrado para hablar.
Mientras las delegaciones se retiraban en señal de protesta por su responsabilidad en el genocidio que cometen militares de Israel contra la población civil de la Franja de Gaza. Se estima en 65 mil los asesinatos cometidos por los militares bajo órdenes de Netanyahu en los últimos dos años.
Para la mayoría de los analistas del tema coincide en que el primer ministro israelí, en algunos casos, directamente había mentido, o jugado con medias verdades.
Que República Dominicana se quedará en la asamblea para mi fue una acción vergonzosa y de “chupa media” a Israel.