La crisis política y social detonada en Haití desde hace más de una década tiene raíces profundas, que además de los factores políticos abarcan la debilidad institucional, la falta de dinamismo de su economía, y la aguda inequidad y pobreza que afecta a su población desde tiempo atrás.
El escaso dinamismo de la economía haitiana dificultó lograr un progreso significativo en el terreno del desarrollo social.
El estudio más reciente del que se tiene conocimiento data del año 2000, donde se reveló que aunque la tasa de desempleo era 20,4% la de informalidad era de 54,7%, cifras que en ese momento reflejaban una situación laboral crítica.
Si eso fue hace 25 años, imagínese el escenario de ahora, cuando bandas criminales controlan la mitad del país, y sólo opera el 20 por ciento del comercio y la industria, cuando el turismo es cero y la informalidad supera el 80 por ciento.
La falta de voluntad política, la ineficiencia y el desvío de recursos en ciertas entidades del Estado, así como la falta de cohesión de los principales actores sociales.
Esto incluye a los partidos políticos, la sociedad civil y los agentes económicos privados repercuten en la ausencia de una estrategia efectiva de desarrollo nacional sustentable para mitigar los niveles alarmantes de pobreza y desactivar sus mecanismos de reproducción.
La incidencia general de la pobreza (76%), de la pobreza extrema o indigencia (55%) y su profundidad, reflejada por el hecho de que el ingreso medio de los pobres es equivalente apenas a 31% de la línea de pobreza, ilustran esta preocupante situación.
Y si no justifican la masiva migración hacia nuestro territorio, por lo menos es entendible.
De modo que para lograr una paz social sostenible, la reconciliación nacional, instituciones democráticas duraderas y el desarrollo a largo plazo, será indispensable que la comunidad internacional apoye de forma sostenida y a largo plazo los esfuerzos de Haití a todos los niveles.
Al hacerlo, deberá asegurarse de que los dirigentes haitianos participen plenamente en el diseño de la asistencia y asuman responsabilidad por su aplicación”.