Los Angeles Times.- Orlando, Florida – Una noche antes, los empleados con protectores faciales de plástico cubriendo sus bocas enmascarados correteaban en ambas líneas de base, esperando la señal para disparar las latas de confeti que llovían sobre los campeones de la Conferencia Oeste Lakers.
El domingo llegó la misma señal, el timbre final, pero el papel triturado no cayó. Podría haberlo hecho si el equipo ganador quisiera.
Conozca al Miami Heat, el equipo que dijo “No”
Después de vencer a los Boston Celtics 125-113 en el Juego 6 de las finales de la Conferencia Este, el Heat está listo para ser presentado a los fanáticos de los Lakers . Pero es posible que ya los conozca (y no solo al tipo con el cabello peinado hacia atrás, Pat Riley, que los juntó).
Un equipo de Lakers construido sobre las espaldas de dos de las estrellas más dominantes de la NBA se enfrentará a un grupo desfavorecido que era más fuerte como colectivo que como individuos, y cuya cultura e identidad son tan valiosas como los saltadores y mates, tal como lo hicieron los Lakers en 2004 contra los Detroit Pistons.
Esa temporada, Ben Wallace, Chauncey Billups y Richard Hamilton fueron lo suficientemente buenos juntos para vencer a un equipo de los Lakers con cuatro futuros miembros del Salón de la Fama, para mirar a Kobe Bryant, Shaquille O’Neal , Karl Malone y Gary Payton.
El miércoles, los Lakers se enfrentarán al Heat, un equipo que ha vencido a los equipos mejor clasificados en cada una de las tres rondas de los playoffs debido a un arma no tan secreta.
“Juntos”, dijo la estrella del Heat, Jimmy Butler. “Así es como pudimos hacerlo”.
El Heat se ganó el derecho a estar en desventaja en las Finales de la NBA contra los Lakers al pasar por Indiana, Milwaukee y Boston.
Lo hicieron apostando por Butler, una estrella que dejó tres franquicias anteriores en peor situación que cuando llegó allí. Su estilo de liderazgo fue controvertido y no fue aceptado universalmente. Y para los equipos con espacio en el tope salarial el verano pasado, como los Lakers y los Clippers, Butler no era una prioridad.
“A eso se reduce todo esto: ser querido, apreciado por lo que traes a la mesa”, dijo Butler. “Y como he dicho una y otra vez, como [el entrenador Erik Spoelstra] dice constantemente, ‘No somos para todos’. No soy para todos, pero aquí estoy.
“Los chicos que tenemos, somos el uno para el otro”.
Por: DAN WOIKE
