El crítico de cine Marc Mejía habla sobre el auge de películas inspiradas en historias reales, las cuales, según afirma, logran conectar con el público cuando están bien escritas y narradas.
“Esto ocurre porque combinan la autenticidad de los hechos con la fuerza dramática del cine. El espectador se siente más involucrado al saber que lo que ve en pantalla está vinculado a experiencias que realmente sucedieron”, explica el experto en cine.
Agrega que las mismas suelen generar conversación, reflexión e incluso debates, lo que aumenta su relevancia cultural y comercial.



Indica que la clave para que una historia real emocione al espectador más que una historia completamente ficticia, está en la investigación rigurosa y en la capacidad de la adaptación para transformarla en una experiencia cinematográfica.
“Cuando se logra un equilibrio entre fidelidad y dramatización, el espectador se conmueve, porque percibe la veracidad detrás de lo que se cuenta, lo que potencia la empatía y el impacto emocional”, resalta Mejía.
En cuanto a los géneros que más conectan, Marc considera que los dramas biográficos suelen conectar especialmente con el público, ya que permiten conocer de cerca a personajes que marcaron la historia o la cultura, pero que sin embargo, las historias de superación personal también tienen un gran poder de conexión, porque reflejan luchas universales con las que cualquier espectador puede identificarse.
El papel de los actores resulta crucial, según explica el también director del portal CineDominicano.com, señalando que después de un buen guion, el casting es decisivo.
“Escoger al intérprete adecuado permite que el público no vea al actor, sino al personaje real que existió. Ese momento en que ‘te crees el personaje’, es lo que garantiza la conexión emocional con la historia”.
En el terreno de la industria, también reconoce su atractivo comercial. “Suelen ser muy rentables, porque despiertan un interés inmediato en la audiencia y logran un impacto en crítica y premios. Basta con recordar títulos como Titanic, Bohemian Rhapsody o Apollo 13, que recaudaron unas sumas brutales de dólares a nivel mundial. Además, suelen atraer a la crítica, lo que incrementa su valor en festivales y premiaciones, impulsando aún más su éxito comercial”.
Finalmente, frente al riesgo de saturación, Mejía es claro: “El riesgo de saturación existe únicamente cuando las producciones priorizan la explotación comercial sobre la calidad artística. Mientras las historias estén bien investigadas, bien escritas y bien ejecutadas, el público seguirá interesado. Las experiencias reales son inagotables, y siempre habrá nuevos relatos capaces de conmover, sorprender e inspirar”, puntualiza.