Articulistas

El riesgo de las cenizas

El riesgo de las cenizas

El Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC, emitió alerta temprana sobre la montaña de cenizas tóxicas de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, depositadas al aire libre en las cercanías del batey San José, a muy poca distancia de la costa, por las lluvias que traería la tormenta Elsa.

La entidad alertó a la población de que por efecto de las ráfagas de viento y las torrenciales lluvias de Elsa, las más de 600 mil toneladas de cenizas tóxicas de Punta Catalina vertidas a la intemperie en el batey San José, podrán ser barridas y desparramadas a gran distancia tierra adentro, cubriendo cultivos y poblados.

El esparcimiento de este gran volumen de cenizas que contienen numerosas sustancias altamente tóxicas que son solubles al agua, podría haber contaminado suelos, el manto freático y las aguas superficiales si Elsa habría azotado con fuerza esa zona.

Según el estudio de la Universidad de Duke, Carolina del Norte, las cenizas de la Central Termoeléctrica de Punta Catalina contienen gran concentración arsénico, selenio, molibdeno, antimonio, talio, boro, rubidio, estroncio, bario, plomo, litio y mercurio, sustancias que representan “importantes riesgos para el medio ambiente y la salud humana”.
Por otra parte, a causa de los vientos que habrían azotado la zona, se podía esperar una gran cantidad de cenizas en el aire portando micropartículas con metales pesados, cuya aspiración podrá afectar el sistema respiratorio.

Las comunidades que corrían mayor riesgo por el esparcimiento y derramamiento de las cenizas tóxicas de Punta Catalina eran el batey San José, Catalina, Paya, Pizarrete, Santana, Nizao, Don Gregorio, Carretón y la ciudad de Baní.

Las autoridades debieron trasladar sin pérdida de tiempo a la población del batey San José que es la que más riesgo corría dada su proximidad a la montaña de cenizas de Punta Catalina. También repartir agua potable a la población, construir muros de contención del derrame de las cenizas, y cuando pasaran las aguas, recoger inmediatamente las cenizas y limpiar los terrenos contaminados. Pero nada de eso se hizo.

Igualmente recomiendar a la población abstenerse de consumir el agua de la localidad, cerrar puertas y ventanas de las viviendas, permanecer en el interior de las casas y usar mascarillas de forma permanente.

Aconseja que se cubrir los cultivos y los árboles no leñosos, y que los animales domésticos y el ganado fueran protegidos bajo techo.
Por: Enrique de León

El Nacional

La Voz de Todos