Rusia se equivocó si pensó que su poderosa artillería no encontraría resistencia en Ucrania y que el mundo aceptaría la operación militar como un hecho consumado, al estilo Crimea.

Milicianos y militares ucraniamos, así como las autoridades, han plantado cara al ejército invasor con una resistencia heroica, mientras Estados Unidos, Alemania y otras naciones suministran armas y alimentos para resistir la agresión.

Alemania ha anunciado 500 misiles tierra y aire y mil lanzacohetes, en tanto Anonymous declaró una ciberguerra al Gobierno ruso, cuya operación militar ha encontrado un creciente rechazo en todas partes.

Pero lo más significativo es la determinación de los ucraniamos de no dejarse aplastar como corderitos sin resistir con dignidad y los medios a su alcance.

No era lo que esperaba el dictador Vladimir Putin cuando ordenó a las tropas rusas tomar a Kiev, la capital, y apoderarse del Gobierno.

El rechazo a la ocupación ha sido por todos los lados. Occidente acordó suspenderle las operaciones financieras a través de la plataforma Swift, You Tube cortó los ingresos de una de sus cadenas y Polonia se ha negado a jugar una final de fútbol con la selección de Rusia.

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Pero también casas licoreras occidentales han cerrado las puertas a las bebidas rusas, entre otras sanciones.

Los ucranianos y el mundo se han plantado a Putin, aunque su ejército termine por imponerse bajo un baño de sangre.