Carta de los Lectores Opinión

Encuestas y elecciones

Encuestas y elecciones

Manuel Hernández Villeta

Las encuestas son una mirada fugaz a un instante determinado. Muchas veces las perspectivas han cambiado totalmente, desde el momento del trabajo de campo hasta la publicación. Si no se trabajas con objetividad, se falsean datos y se miente.

Las encuestas pueden ser creíbles o farsas, todo depende del color del cristal de los espejuelos con que se vea. La expresión popular dice que estos sondeos son obra de sastres y modistas que toman medidas de acuerdo a las necesidades de los clientes.

La percepción de la calle en determinadas circunstancias es la mejor encuesta a realizar. Se escucha a las personas sencillas del pueblo con sus problemas a cuestas, y la forma en que reclaman soluciones. Esa perspectiva también engaña, si se toma en cuenta que la voz callejera se mueve en una alta dosis por el olor de los pesos.

Es un conglomerado electoral donde no se dan a conocer programas de gobierno, y el clientelismo político-partidista se nutre del paternalismo, la lisonja, y la ayuda a los pobres, donde no hay líneas fijas para determinar el ganador de unas elecciones antes de las 48 horas de los comicios. Ahora, el seguimiento del día a día de los candidatos va dibujando los que tienen mayores rasgos de popularidad.

La creencia de los políticos de antaño, de los que cerraban las campañas con un gran mitin con miles de personas, era de que las elecciones se ganaban el día de las votaciones con un saco de cuartos sobre los hombres, y comprando conciencia y alquilando cédulas.

Los métodos han cambiado. Hoy las elecciones descansan en los medios audio-visuales, en las redes sociales, en los anuncios electrónicos, dejando a un lado las famosas caravanas de decenas de vehículos y las concentraciones regionales, para finalizar en un gran cierre en la avenida Máximo Gómez, el puente de la 17, o en la John F. Kennedy.
En la era actual, la generación on-line, las encuestas van a tener fuerza decisoria en las elecciones.

Aunque a miles de personas nunca la han encuestado, esos sondeos podrían ser determinantes para los comicios del venidero año.

La verdadera encuesta popular ocurre el día de las votaciones, donde todos son iguales, porque el voto tiene el mismo valor para todos. Es el instante donde el destino del país está en las manos de la mayoría irredenta y marginada, que por sus demonios internos está incapacitada de validar su derecho y tener un gobierno que verdaderamente lo represente. ¡Ay!, se me acabó la tinta.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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