“La enfermedad renal es una enfermedad no transmisible (ENT) que actualmente afecta alrededor de 850 millones de personas en todo el mundo. Uno de cada diez adultos padece Enfermedad Renal Crónica (ERC). La carga Global de ERC está aumentando y se prevé que se convierta en la quinta causa más común de años de vida perdidos en todo el mundo para 2040”, así lo señala el nefrólogo-internista Domingo Martínez, quien además agrega que ésta es una causa importante de gastos catastróficos para la salud.
Entrevistado para Que Pasa, el especialista explica que los costos de diálisis y trasplante de riñón consumen del 2 al 3% del presupuesto anual de atención médica en países de altos ingresos, gastado en menos del 0.03% de la población total.
Dice que en los países de bajos y medianos ingresos, la mayoría de las personas con falla renal tienen acceso insuficiente a diálisis y trasplante de riñón que salvan vidas. Señala que las causas del incremento de la enfermedad renal son muchos, pero que en los últimos años ha crecido la esperanza de vida en persona que la padecen, ya que 30 años atrás apenas se iniciaba con los primeros pasos en el país de terapia de sustitución renal.
“La gente se moría joven y no había insuficiencia renal. Dentro de las causas del incremento de la enfermedad, cita cambios de hábitos de vida, urbanización, incremento de obesidad, hipertensión, cifras alarmantes de diabetes. Todo esto ha hecho que en este país en particular, y probablemente por alguna susceptibilidad genética, de nuestra población mestiza, ha hecho que seamos más propensos a desarrollar enfermedad renal”, indica el doctor Martínez, quien labora el la clínica Rodríguez Santos.
Cuenta que existen maneras cruciales para prevenir la enfermedad renal y su progresión a la etapa terminal se puede retrasar con el acceso apropiado a diagnósticos básicos y tratamiento temprano, por lo que recomienda, que si se tiene algún padecimiento de esta enfermedad, lo primordial es conocer su función renal.
Agrega que el daño se puede presentar a cualquier edad, tanto en niños como en adultos, pero a partir de los 60 años se considera como un factor de riesgo.