Opinión

ENFOQUE SEMANAL

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Justicia vendida.-

Ulpiano, uno de los padres del antiguo Derecho Romano, definió la justicia como “honeste vivere, Suum cuique tribuere, alterum non ledere”, que traducido al español significa vivir honestamente, o sea de acuerdo con sus ingresos, y no hacer gala de dinero mal habido, Suum cuique tribuere, darle a cada quien lo que merece y alterum non ledere, no hacerle daño a nadie.

Desgraciadamente nuestra justicia ha caído muy baja con notables excepciones como es de lugar en su actual desempeño, y los acusados se miden no por su transgresión a la ley sino por su cuenta bancaria.

Esto lo traemos a colación ante la insólita sentencia evacuada por la corte de apelación de San Francisco de Macoris, leida por la jueza Saturnina Rojas Hiciano quien expreso que la sentencia evacuada por el tribunal de alzada francomacorisano, rebajo a 2 años la sentencia impuesta en primera instancia a la ex subdirectora general de pasaportes de 5 años de prisión como cómplice del asesinato de la adolescente Emely Peguero quien estaba embarazada del joven Marlon Martínez.

En la práctica esa sentencia a 2 años significa la pronta libertad de la señora Marlín Martínez, pues esta ya tiene más de 1 año guardando prisión y le corresponde la libertad condicional por su buena conducta en el penal.

Emely Peguero fue asesinada supuestamente solo por Marlon Martínez el 17 de agosto del 2017, cuando todos saben que la autora intelectual del homicidio fue la señora Marlín Martínez, quien se oponía rotundamente a que su hijo consentido tuviese un hijo con una humilde campesinita, hija de Genaro Peguero y Adalgisa Polanco, ya que su hijo merecía como esposa a una muchacha de alcurnia.

Ahora el Procurador General de la República manifestó su desacuerdo con la sentencia que redujo de 5 a 2 años la prisión que le fue impuesta a Marlín Martínez y como establece la ley, interpuso un recurso de casación para que le sea impuesta una pena de prisión de 20 años por su complicidad en el asesinato, y esperamos que así ocurra.

Resulta explicable la inconformidad mostrada por los señores Genaro Peguero y Adalgisa Polanco por la monstruosidad de la sentencia que incurrió en varios hechos criticables por que la ley de la materia no fue cumplida en este caso, y no dudamos que la última palabra como en muchos otros conocidos por nuestros tribunales la tenga Don Dinero, cuando no otra cosa, los que entre nosotros todo lo permean.

El Nacional

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