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Escándalos aparte

Escándalos aparte

Los escándalos de corrupción habían afectado mucho la imagen de la Dirección Central de Narcóticos de la Policía (Dican), cuya disolución fue dispuesta por el presidente Luis Abinader.

Pero los vergonzosos escándalos que vinculaban a oficiales y miembros del Dican con el negocio de las drogas no fundamentan la decisión del mandatario, sino el hecho de que la entidad no tenía razón de ser.

Tras los alborotos los sucesivos directores hicieron gran esfuerzo por mejorar la imagen y colaborar con la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en la lucha contra el tráfico y distribución de sustancias narcóticas.

Pero la realidad es que la Dican era una duplicidad innecesaria, que constituía un excesivo gasto para la Policía. No tenía la menor razón de ser, a menos que operara como un organismo especializado y bajo la hegemonía de la DNCD.

El presidente Abinader acertó al disolver una entidad paralela, cuya operación representaba cuantiosos gastos, pues hasta contaba con su propia estructura física, además de que sus miembros eran acusados con frecuencia de proteger el microtráfico en los barrios populares.

El Nacional

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