Como cada año a República Dominicana le toca desmentir o aclarar denuncias y acusaciones insertas en un informe sobre comportamiento de los derechos humanos a nivel global elaborado por Estados Unidos en su arrogado rol de ombligo del mundo, pero esta vez el documento no incluyó censura a regímenes tildados como muy amigos o aliados de la Casa Blanca.
La palabra mágica usada por el Departamento de Estado para condenar o liberar de pecados a otras naciones ante el tema de violación de derechos ciudadanos, es la referida a “informes creíbles” o “no hay informaciones creíbles”, en base a lo cual se condena a Brasil y se libera de culpas a El Salvador.
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En ese informe refiere que las autoridades dominicanas incurren en “tratos degradantes” y “abuso físico a personas de ascendencia haitiana”, sobre lo cual señala que “había informes creíbles” de que “personal de la DGM (Dirección General de Migración) y otras fuerzas de seguridad del Gobierno incurrieron en esos vejámenes”.
Sobre El Salvador, se afirma que “no hay informes creíbles” de que se estén produciendo abusos, a pesar de que en ese país prevalece un estado de excepción o suspensión de las garantías constitucionales y de que Estados Unidos envió a mas de 200 indocumentados venezolanos para ser recluidos en una cárcel salvadoreña de máxima seguridad en clara violación a los derechos humanos.
Ese escrito resalta que “organizaciones internacionales y locales de la sociedad civil” expresaron preocupación por “el trato severo” que se dispensa aquí contra migrantes haitianos “y apátridas de ascendencia haitiana”, pero ignora que instituciones civiles de Estados Unidos formulan las mismas denuncias respecto a violaciones a derechos de inmigrantes en Estados Unidos, incluido maltrato físico.
El Departamento de Estado, al denunciar supuesto maltrato contra indocumentados haitianos y “apátridas de ascendencia haitiana” recluidos en el centro de detención de Haina, parece reflejar el drama de centenares de hispanos encerrados en la inhóspita cárcel Alligator Alcatraz, rodeada de caimanes y serpientes, en los enverglades de Miami, Florida.
El colmo en que incurrieron los redactores de ese informe sobre derechos humanos ha sido ignorar denuncias sobre masacre o genocidio que el ejército de Israel perpetra contra la población civil en los territorios ocupados de Gaza, al señalar que los únicos crímenes de guerra son perpetrados por el grupo Hamás.