Santiago. Miles de familias de esta ciudad sufren no sólo la catástrofe de tener parientes con enfermedades que requieren tratamientos de altos costos sino los malabares que deben hacer para conseguirlos.
Los casos más recurrentes son los de cánceres y diálisis, calificadas como “enfermedades catastróficas”.
El primer impacto llega con el diagnóstico de la enfermedad, cuando el paciente entra en un estado de shock y se comienza a preguntar qué será de su vida, cómo va a enfrentar la enfermedad por lo que requiere de ayuda psicológica.

En Santiago, como otras ciudades del país se escucha el lamento constante de la falta de los medicamentos de alto costo, que requieren pacientes para conservar su salud.

Se trata de una tragedia doble para las familias, porque sus seres queridos enfrentan un tratamiento que no pueden pagar por sus condiciones económicas y porque los seguros médicos que poseen tienen un tope de un millón de pesos y debido al alto costo se agota muy pronto.

Los pacientes se ven obligados a interrumpir sus tratamientos por falta de recursos, llevándolos a caer en depresión, arrastrando a sus familia a un drama humano muy singular.

Los ejemplos abundan en Santiago y el país. José Correa Reyes (Joselito) tiene tres meses que no puede reanudar su tratamiento, porque ya agotó la cobertura del seguro médico. Tampoco está recibiendo los medicamentos, porque el Programa del Estado no se los puede suplir.

Ese drama le ha llevado a la depresión y su familia padece una doble tragedia, porque ven a su familiar consumirse en silencio ante la mirada indiferente del Estado.

Joselito cuenta que tiene tres meses esperando los medicamentos y sólo recibe promesas y esperanza que no concretizan.

El colmo es que su esposa que ha sido su punto de apoyo, y que ahora fue intervenida quirúrgicamente, por lo que debe tomar tres meses para volver a sus actividades habituales.

Pese al cuidado de la familia y la debilidad a consecuencia del padecimiento, la depresión le hace salir a caminar sin un destino fijo, lo que se suma a la situación de la familia que muchas veces debe salir a buscarlo.

Las carencias de medicamentos vía los mecanismos establecidos por el Programa de Ayudas Médicas y Medicamento de Alto Costo obliga a los pacientes y sus familiares a acudir a las farmacias, incurriendo en deudas que a menudo no pueden pagar para atender los requerimientos médicos.

La respuesta de las autoridades a los pacientes es que no tienen medicamentos, pero que están trabajando en eso.
Los pacientes y sus familiares piden que se agilice la entrega de medicamentos de alto costo.