El término “feminismo” surge ochenta años después de que Mary Wollstonecraft en 1792 publicara su obra “Vindicación de los derechos de la mujer”, marcando el inicio de las luchas de las mujeres para lograr el acceso a una educación que no estuviese orientada exclusivamente a sus deberes en el hogar como madre y esposa.

Lo que tal vez muchas mujeres desconozcan es que el término fue popularizado por un escritor francés muy famoso hasta la fecha, Alexandre Dumas hijo, autor de “La dama de las camelias”.

Su padre, Alexandre Dumas y escritor aún más famoso y leído que su hijo, fue el autor de obras clásicas tales como “El Conde de Montecristo” y “Los tres mosqueteros”. Su abuelo, Thomas-Alexandre Dumas era originario de la colonia francesa establecida en la isla La Española (Saint-Domingue).

El término feminismo es traído al plano político y social para denostar a los hombres que se atreviesen para entonces a defender y justificar los reclamos de las mujeres que demandaban ser tratadas por la sociedad de manera más justa e igualitaria.

Es decir, que somos los hombres los primeros feministas de la historia. Los hombres que apoyamos a las mujeres en su lucha. Los hombres que nos sentimos orgullosos de las mujeres por sus conquistas.

En este contexto histórico, las corrientes feministas habían logrado acceso a una educación igualitaria y el derecho al sufragio, pero a pesar de haberse abolido la esclavitud para mediados del siglo XIX, políticamente la raza se impuso al género, ya que las mujeres negras no lograrían con ello los mismos derechos que sus iguales varones. Este constituye el eslabón perdido de la primera ola de la corriente feminista.

El fin justifica los medios, escribió Napoleón como aporte en la última página de la obra titulada “El Príncipe”, de Nicolás Maquiavelo, y bajo esta premisa los movimientos feministas empezaron a valerse del apoyo de grupos minoritarios que levantaran su bandera en pos de su valiente lucha, raras veces escuchada para entonces.

Segunda ola
La sordera política de un poder administrado por los hombres generó como reacción un histrionismo de género que provocó la segunda ola de la corriente feminista, la cual tuvo como precursora histórica a la filósofa y escritora francesa Simone de Beauvoir, con su obra “El segundo sexo”.

Esta autora que murió en 1986, promovió el aborto y el lesbianismo, y no solo que lo promovía, sino que también lo practicaba. Llevó una vida promiscua en su intimidad, la cual no temió nunca en revelar, haciendo de conocimiento público su atracción tanto hacia hombres como a mujeres, llegando incluso a compartir con ambos sexos a la vez.

Dentro de sus principales reclamos como líder feminista, aparte del aborto y la aceptación del lesbianismo se encontraban reclamos tales como la incorporación de la mujer a espacios laborales reservados únicamente para hombres y la vindicación del eslabón perdido en la primera ola que buscaba dar los mismos derechos a las mujeres negras.

De entre todos los reclamos de la segunda ola de la corriente feminista liderada por Simone de Beauvoir, solo uno no fue conquistado, el aborto.

UN APUNTE

Los Dumas
Alexandre Dumas Davy de la Pailleterie (padre), más conocido como Alexandre Dumas, y en los países hispanohablantes como Alejandro Dumas, fue un novelista y dramaturgo francés.
Alejandro Dumas (hijo), fue un escritor y novelista autor de la conocida novela rosa “La dama de las camelias”.