Supe que Frank Almánzar estaba entre nosotros cuando vi a Freddy Ginebra cruzar frente a casa y saludar a Ali Francis García, artista puertorriqueño que ha asumido la recopilación de la obra de Frank como parte de su doctorado sobre la gráfica en El Caribe.
Más tarde llegó René Fortunato a casa y así como él fueron llegando uno a uno los amigos entrañables de Frank mientras hábito entre nosotros. Nos preparábamos para entregar al Archivo General de la Nación los diarios de Frank, donde anotaba todas las ideas para sus proyectos gráficos, recortes, fotografías, y reflexiones; y para donarle al Archivo una serie de obras que incluían el Duarte de la última serie que produjo, la serie sobre Luperón (un tríptico), y la maqueta que sirvió de modelo para su en dios confiamos (in god we trust) que le gano el gran premio de la Bienal en categoría libre.
Hacia unas tres décadas que andábamos detrás de esos materiales, dispersos y en manos de familiares y amigos que desde hace años viven fuera del país. Solo la paciencia de Ali, quien se trasladó a Miami, Massachussets, New York, New Jersey, logro rescatar y scannear materiales que de otro modo se hubieran perdido entre la humedad, fragilidad del papel y descuido de quienes no entienden que los años van dañando las obras si no se restauran y mantienen en espacios especiales.
Pensamos en el Archivo General de la Nación porque ya el Museo de Arte Moderno tiene la mayoría de las obras de Frank, y porque conocemos el cuidado con que el Archivo recibe, rescata, cataloga y preserva lo que se le entrega.
En este caso y por primera vez, el archivo de un artista, que se exhibirá en una sala con su nombre y que la dominicanidad de las generaciones futuras, si es que aún hay país dentro de un siglo o dos, podrá encontrar, estudiar y utilizar para sus investigaciones.
En el acto de entrega el director del Archivo Dr. Roberto Cassa pondero el significado para el Archivo de comenzar a recibir estos legados, y recordó la presencia de Frank en Alfa y Omega cuando en esa impresora coincidían Mercader, Frank, y Amaury Villalba, amigos entrañables.
Luego Vetilio Alfau y Miguel De Mena recordaron al Frank del Partido Socialista Popular, el mismo que lo acogió y apoyo en su desarrollo cultural, enviándolo con una beca a Rusia y luego Italia donde Frank se familiarizo con la escuela alemana BauHaus de Diseño Gráfico, la cual introdujo al país y a la enseñanza en la Escuela de Bellas Artes.
Conscientes del deber cumplido, al final todos lo abrazamos a él, en cada uno de nosotros.