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FUTBOL SOLO FUTBOL

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Jorge Rolando Bauger

El ‘Día Después’ de los futbolistas

 

El título del polémico libro del Coronel del Ejército de Estados Unidos Philip Corso, ‘El Día Después de Roswell’ es el ideal para introducir el tema del ‘Día después’ en que los futbolistas profesionales dejan de serlo.
La vida de los deportistas profesionales -por lo general- es idílica, maravillosa, intensa y hasta irreal, pero también riesgosa, efímera y muy exigente.

Los futbolistas profesionales convierten su pasión en una profesión y, por hacer bien lo que les gusta, ganan dinero, obtienen fama y son reconocidos, tanto por los medios especializados como por la sociedad en general.

Dejar esa calidad de vida no les resulta fácil porque viven en una burbuja. Por lo tanto, la mayoría de los futbolistas tratan de extender su permanencia en los circuitos profesionales el mayor tiempo posible, pero las exigencias de la competencia y la voracidad de los jóvenes emergentes los desplazan.

Cuando los dirigentes no le renuevan los contratos a los futbolistas y estos no encuentran empleador, comienza el drama del ‘Día Después’.

Como desafortunadamente, la mayoría de los futbolistas del mundo no han terminado sus estudios, insertarse en el competitivo mundo laboral se les dificulta y de ser famosos con sueldos estratosféricos, pasan a ser anónimos desempleados con reducidos ingresos.

Si a esta realidad le sumamos el hecho de que, por falta de orientación y/o capacidad de gestión, las grandes sumas de dinero que los futbolistas han devengado en sus momentos de gloria no fueron bien administradas, la situación pasa de, dramática a trágica.

La historia está llena de casos dolorosos en que, astros del fútbol mundial han pasado -en poco tiempo- de la riqueza a una vida llena de limitaciones.

Uno de los ejemplos más emblemáticos es el de Garrincha, el ídolo del fútbol brasileño, campeón del mundo en 1958 y 1962. Garrincha terminó sus días deambulando y murió en la extrema pobreza luego de haber estado al mismo nivel que Pelé.

Todavía es noticia el caso del futbolista inglés Paul Gascoine, poseedor de una calidad extraordinaria que le permitió brillar con su selección en el Mundial de Italia 1990 pero, su adicción al alcohol le ha convertido en un pordiosero indeseable e irrecuperable.

El alemán Andreas Brehme, el jugador que convirtió el penal ante Argentina que le dio el título de campeón del mundo a su selección en 1990, ha dilapidado su fortuna, nadie lo emplea como entrenador y, el único trabajo que le han ofrecido ha sido el de limpiar cloacas. Para un campeón del mundo, ese tipo de trabajo no es nada gratificante.

Ailton Goncalvez da Silva, llamado en Alemania ‘Rayo de Bola’, brilló en el Werder Bremen y en el 2004 fue seleccionado como el mejor jugador de esa liga. Ganó fortunas, pero también gastó sumas siderales en ropa, carros y joyas.

Ahora, la ex gloria del fútbol en Alemania atraviesa una situación económica muy delicada y no ha logrado reinsertarse al tejido social de Brasil, su país natal.

Todas estas dolorosas situaciones vividas por las estrellas del firmamento futbolístico mundial citadas, podrían haberse evitado si, paralelo a su vida profesional, ellos se hubiesen preparado para enfrentar la cruda realidad del ‘Día Después’.

Consideramos que es responsabilidad de todos los estamentos del deporte profesional trabajar en pos de una adecuada reinserción de los futbolistas profesionales a la vida cotidiana una vez culminado el periplo de su carrera.

El Nacional

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