Carta de los Lectores

Gonzalo Castillo

Gonzalo Castillo

Cartas

Desde su entrada a la palestra pública como candidato presidencial por orden del presidente Danilo Medina, todo ha lucido confuso o equivocado en relación a la bondad de buen ministro de Gonzalo Castillo.

La imposición de su candidatura a la presidencia de la República es claramente equivocada, por ser el menos completo de la media docena de aspirantes a dicha posición por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Es un candidato sin actitud ni aptitud para las funciones presidenciales. Fue un atropello de DaniloMedina a los candidatos que había en aquel momento en ese partido. Su campaña es plagio y complemento de la gestión del presidente Medina.

De ganar “el penco”, continuarían los males de corrupción, impunidad, delincuencia, privilegios, vocación dictatorial etc. etc. desde el palacio hacia todas sus dependencias, incluidos el Poder Judicial y legislativo, conforme lo ha hecho su patrón y patrono.

Su mayor motivación de campaña ha sido su abultada producción en Obras Publicas y su espíritu solidario; error suyo, pues él fue nombrado allí para que trabaje y lo haga bien, y si produce mucho y de calidad mejor. No fue nombrado para fiestear ni ser atleta ni para que tenga y costee segundas bases, ni prevarique, robe ni extorsione, etc.etc. Por tanto, no tiene que sacaliñar lo que hizo.

La solidaridad es un valor humano muy importante, y qué bueno que lo practique, individual, colectivo, nacional o internacional, pero no es razón significativa para elegir un presidente de la República. Peor aún si como se dice, fue pagada y ordenada por Danilo Medina y el Comité Político del PLD. Las supuestas acciones solidarias, debieron ser ejecutadas por el gobierno vía la cancillería.

La solidaridad en servicios o donaciones no se pregona, se calla; difundirlo en situación como la que vivimos es oportunismo. Reconocemos la buena producción que tuvo Gonzalo en obras Públicas pero ello no justifica ni garantiza que posea actitud y aptitud para gobernar el país.

Sí sabemos que él es fiel, con lealtad reciprocada con Danilo, lo cual evidencia que Medina seguiría gobernando el país detrás del trono; títere uno, titiritero el otro. Lo bueno sería que al retirarse a sus casas y a sus empresas no tengan nada pendiente con la sociedad ni con lo que todavía queda del poder judicial, para que disfruten tranquilos sus inagotables fortunas.

Lic. Santiago Martínez

El Nacional

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