Editorial Opinión

Grave, muy grave

Grave, muy grave

La muerte de un sargento del Ejército por herida de bala causada presuntamente por un haitiano, quien tras cometer el hecho lo despojó de su arma en un puesto de chequeo en Restauración, a más de una tragedia, constituye un suceso muy grave que obliga a las autoridades a investigar a fondo ese suceso.

El soldado Bartolo Familia Solís prestaba servicio en una zona de vigilancia fronteriza de “El Corozo”, en ese municipio perteneciente a Dajabón, cuando fue sorprendido por el individuo que le disparó a quemarropa con una pistola calibre 3.80.

Un hermano de la víctima dijo que mientras era trasladado herido en una camioneta hacia un hospital, su pariente le dijo que “un haitiano se le acercó y le disparó a quemarropa”, en tanto que vecinos del lugar dijeron que “haitianos encapuchados se trasladaron en una motocicleta a la hora de cometer el hecho”.

El presidente Luis Abinader informó ayer que las autoridades han identificado al menos a uno de los participantes en el crimen que sería apresado en las próximas horas, y que se cree que el militar fue herido durante un asalto.

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Sin espacio para la especulación ni el sobresalto debe tomarse en cuenta que Familia Solís fue herido de muerte mientras prestaba servicio en un puesto de chequeo fronterizo, por lo que ese atraco sería perpetrado para despojarlo de su arma de reglamento, lo que aun así supone un suceso grave, muy grave.

Se cuentan por centenares los militares dominicanos que a todas horas cumplen labores de centinelas en diversos puntos a lo largo de una frontera terrestre de más de 380 kilómetros, por lo que este hecho debería alertar al mando militar sobre el riesgo de que se reediten asaltos de ese tipo en otros lugares limítrofe con Haití.

No debería vincularse la profunda indignación que causa la muerte de ese soldado a manos de forajidos con tipo de alarma imprudente o innecesaria, aunque debería advertirse que Haití es hoy escenario de violencia y anarquía, cuyo desenfreno alcanza a la comunidad de Juana Méndez, vecina de Dajabón.

Los homicidas del sargento Familia Solís deben ser ubicados y apresados prontamente para que responsan ante la justicia dominicana por ese crimen, pero también se requiere saber si ese suceso no tendría mayores ramificaciones, toda vez que ante el drama haitiano nada se puede descartar de antemano.

El Nacional

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