Editorial Opinión

Gripe aviar

Gripe aviar

La gripe aviar, enfermedad infecciosa que afecta a las aves, se expande por Estados Unidos, Europa y América Latina, donde desde el año pasado se han sacrificado más de cien millones de pollos y pavos, representa un peligro para la industria avícola y un reto para el Gobierno, compelido diseñar programas de prevención.

En Europa, el virus se extiende desde Noruega hasta Portugal, con afectación en 37 países e infección en el 60 por ciento de las aves de corral, con la detección de al menos 2,500 focos en granjas, lo que obligó al sacrificio de 48 millones de aves.

La muerte de más de 50 millones de aves representa el peor brote mortífero en la historia de Estados Unidos, según reveló el departamento de Agricultura, que informó que hubo que sacrificar bandas enteras de gallinas ponedoras.
Honduras, Chile, México y Panamá declararon emergencia sanitaria por 90 días a causa de la expansión de la gripe aviar, clara señal de que el virus ya está en el traspatio centroamericano y caribeño, lo que obliga a las autoridades dominicanas a mudar cuanto antes un paso al frente.

Urge aplicar controles fitosanitarios para blindar la industria avícola nacional que por años ha garantizado con eficiencia abastecimiento de pollos y huevos a la población dominicana, con excedentes exportables a los mercados de Haití y del Caribe.

La Asociación de Avicultura (ADA) estimó en más de 58 mil millones de pesos el valor de la producción de pollos de engorde y de RD$15,857 millones la de huevos, lo que ofrece una idea del impacto de esa industria en la economía dominicana.

Pollos, huevos y arroz representan alimentos vitales e imprescindibles en la dieta del dominicano, por lo que una no deseada afectación de la fiebre aviar se debe interpretar como tragedia nacional en términos económicos y de gobernanza.

La fiebre aviar puede llegar a través de las aves migratorias, pero aun así, el Ministerio de Agricultura y la Dirección de Ganadería deberían imponer un inmediato blindaje fitosanitario en la frontera terrestre, puertos y aeropuertos, para proteger a la industria a avícola y a la agropecuaria en sentido general.

El Nacional

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