En materia de guerra, se utilizan diversas de enfrentar al enemigo, ya sea de manera frontal con armamentos bélicos, en inteligencia militar, foros internacionales y la más novedosa es la invasiones de inmigración que se asientan en los diversos puntos geográficos de un país, viviendo en favelas, adquiriendo falsamente nacionalidades y desplazando de los puestos de trabajo a los habitantes de un país, como ocurre con la terrible y temible inmigración haitiana en la República Dominicana, donde hay indocumentados por doquier que deben ser repatriados para no perder la soberanía nacional, actualmente en peligro.

Sobre este tema, nos envía un enfoque la licenciada Martha Domínguez, quien es asesora de grupos nacionalistas, y cuyo texto empieza así: “Actualmente nos encontramos en guerra, una guerra feroz, pero no como antes que veíamos un ejército en contra de otro. Ahora la guerra se realiza de una forma muy sofisticada con las armas favoritas de la ONU que son: Los Falsos “Derechos Humanos”, El Falso “Racismo”, La Falsa “Discriminación”, La Falsa “Xenofobia”, etc.

El ejército enemigo está compuesto por los siguientes: La ONU y demás organismos internacionales, Miles de ONGs, Medios de Comunicación y Periodistas pagados, artistas, intelectuales, abogados, activistas, el gobierno, políticos y presidentes a su servicio que reciben millones de dólares y trabajan haciéndote creer que luchan por los “Derechos Humanos’, que luchan por una “Causa Justa” y hacen una gran “ayuda humanitaria”.

El ejército a derrotar es a la Republica Dominicana y todo el pueblo dominicano. Las masivas balas y los cañonazos que nos tiran son disparados, no con armas sino con grandes mentiras y engaños, con el objetivo de convencer a la población dominicana de que no haga nada y acepte todo este crimen disfrazado de ayuda humanitaria, con las siguientes estrategias mentirosas:

Engañar con el racismo de hoy, que es la estrategia favorita de la ONU para desviar la atención del verdadero problema y tapar el gran crimen que les están haciendo a los dominicanos y a la Republica Dominicana. Hacer un lavado de cerebro y adoctrinamiento especialmente a los niños y jóvenes porque son los más fáciles de convencer, para que aceptemos esos falsos derechos humanos, el falso racismo, la falsa discriminación.