Opinión Articulistas

Ha muerto el “cambio”

Ha muerto el “cambio”

 Contra todo sentido de la realidad en que viven amplios sectores de la pobla­ción: costo de los alimentos y medica­mentos; falta de agua potable, alza en factura eléctrica; gas y alquileres caros; corrupción indetenible, sin embargo, el Gobierno dice que hay cambio.

Pero no hay una novedad significativa. Eviden­temente que, sin reformas, sin filosofía e ideología política clara, se produciría un cambio. Bueno, sí, un cambio gato­pardiano: “que cambie todo, para que todo siga igual”.

Cuando se aspiraba al poder la clave para alcanzar su objetivo residía en su no-table capacidad de permanecer en constante sintonía con el irreductible de­seo de cambio de buena parte de la socie­dad. Y mejor lo explicó el asesor extran­jero: “no dar detalles de en qué consistía el cambio, porque en verdad no había tal cosa”. Es decir, toda una manipulación aliando la mala fe y la astucia.

Ahora como ex-cusa sólo se pretende relativizar y bana­lizar las faltas con los opositores con un ar­gumentario totalmente punzante y desa­creditador. Todo un calco con el go-bierno del “PPH”, aquel régimen desconfiado e intrigante y gravemente ofensivo e irrespetuoso con sus adversarios polí­ticos.

La verdad que el engaño ha sido nutritivo desde el punto de vista electo­ral para el pueblo y, por supuesto histó­rico. Jamás se empleará ese eslogan co­mo recurso de campaña para obtener efectos políticos en las urnas. Será fácil impugnarlo, pues resultaría una tram­pa imperdo-nable utilizarlo tan obsce­namente como hasta ahora lo ha hecho el PRM.

La irrelevancia en que cae el término por la frustración del pueblo, vencido por el memo-rial de promesas incumplidas, no permitirá legitimar su descarada utilización pro-pagandísti­ca. Ha muerto con pena y sin gloria, el “cambio”.