Opinión

Hablar en femenino

Hablar en femenino

Estaba en una cena familiar donde el género y el lenguaje de género, se convirtieron en los temas centrales de conversación. Miguel Guerrero había publicado un artículo criticando el uso de los artículos “él y ella”, “nosotros y nosotras”, y todos nos reíamos con los comentarios de un allegado que decía que ahora habrá que decir: “el perro y la perra son el mejor amigo y la mejor amiga del hombre y de la mujer”.
Yo estaba contentísima, porque si la discusión de género ha llegado hasta los salones de las familias estamos logrando que por fin la gente se entere sobre el debate, aunque como estamos viendo, esté siendo manipulado por la ultraderecha para sus fines. Nunca he recordado con tanta intensidad los debates del jesuita Lautico García y Don Juan Bosch, sobre su supuesto comunismo, y las manifestaciones de “reafirmación cristiana”, como ahora. Es una larga cuenta pendiente con lo más atrasado de la iglesia católica (ahora desgraciadamente apoyada por lo más ignorante del protestantismo), sobre la cual algún día sacaremos cuentas.
He dicho que estaba contentísima, porque como marxista sé que los llamados procesos súper- estructurales, es decir los atenientes a la cultura, llevan siglos para cambiar, porque precisamente se llevaron siglos para gestar, y el rol de la mujer en la sociedad es resultado de ese proceso, y como han demostrado las revoluciones triunfantes, ni aun los cambios más drásticos en las economías y sistemas de educación han garantizado un inmediato cambio de status en la condición de la mujer.
1.-La lengua, lo he repetido hasta la saciedad, es siempre un reflejo de realidad, y es el agente más importante de socialización de hombres y mujeres. Es claro que si, como explica Rosario Espinal, las mujeres ocupamos un papel tan insignificante en las estructuras de poder social, la lengua siga reflejando la masculinización de la sociedad en todos los planos.
2.-Y, claro que suena “risible” el lenguaje incluyente, por eso no me molesto en usarlo y sencillamente feminizo el lenguaje en todos los talleres que imparto, y donde dice hombre digo mujer y utilizo siempre el lenguaje en femenino como un elemento de concientización. Y nunca falta un hombre o grupo de jóvenes que diga ¡Hey, profesora, nos está dejando fuera! Y ahí comenzamos a discutir el papel tan importante de la lengua en las conciencias.
3.-Lo que apena es que hoy en día la Iglesia Católica se atreva a una demostración de este tipo, habiendo sido catalogado el Vaticano como el “reino de los pedófilos”. Ya los tiempos de la Inquisición, en que la iglesia quemo a 16 millones de mujeres sabias como “brujas”, paso. Y, no retornaran!

El Nacional

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