La presión de Estados Unidos a la OEA para buscar una salida a la crisis haitiana ha acentuado las expectativas sobre la asamblea anual que la entidad inaugura hoy en Antigua y Barbuda.
El canciller Marco Rubio, quien encabezará la delegación estadounidense, ha insistido en que la OEA debe desempeñar un papel más activo en la elaboración de una estrategia que ayude a superar la compleja crisis de la vecina nación.
Además de la inseguridad y la ingobernabilidad derivadas de la violencia patrocinada por las pandillas que la asolan, la nación es víctima de una hambruna y la carencia de servicios básicos.
El secretario general de la OEA, Albert Ramdin, anunció que en el encuentro de cancilleres que concluye el jueves también se abordarán los problemas políticos de Venezuela.
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Pero el mayor interés se concentra en la resolución que se someterá a votación en la que se reclama a los miembros incrementar con urgencia sus esfuerzos para la aplicación de soluciones concretas ante la grave crisis haitiana.
En mayo último Estados Unidos había exigido a la OEA que diera un paso al frente en la búsqueda de soluciones frente a la devastadora crisis haitiana.
El secretario general adelantó que se ha elaborado un plan, que será presentado el mes entrante, enfocado en la seguridad, ayuda humanitaria, resiliencia económica y la celebración de elecciones. Por las presiones de Washington, el caso haitiano ha elevado por primera vez en muchos años el interés en una asamblea de la OEA.