En los finales del 1969 y al principio y transcurrir del siguiente año, existían movimientos revolucionarios, clubes y organizaciones de izquierda que alertaban y luchaban contra la penetración cultural norteamericana, pues los gustos, música y costumbres de Estados Unidos, asomaban con fuerza en nuestro país, generando que algunos jóvenes se identificaban con las tradiciones estadounidenses, sepultando lentamente, las añejas tradiciones dominicanas que aún identifican nuestra identidad por las profundas raíces de un pueblo noble que no olvida su pasado y defiende sus símbolos con su propia sangre.

Y ahora ocurre igual con los haitianos asentados en nichos de nuestro suelo en diversos puntos geográficos, donde se difunde música y se realizan “ actos religiosos “ en creole e impera el uso y costumbres propios de Haití, una parte de terreno ocupada por esclavos africanos que se rebelaron contra los franceses que tenían el control del espacio fruto de un acuerdo con España, acontecimiento que ha originado una cantidad incontable de conflictos con los habitantes que tienen la parte oriental de la isla.

Los haitianos y los dominicanos tienen una sólo cosa en común: ninguno quiere la nacionalidad de Haití. El apóstol José Martí dejó bien claro la diferencia entre los dos pueblos cuando sentenció.

“Con Haití no hay posibilidad de entendimiento; todas las verdades de las ciencias políticas y económicas se estrellan contra esa realidad brutal.

Es una cultura de miseria, depredación y pobreza que se los tragara irremediablemente a menos que opongan una seria resistencia. Cierren la frontera o restrínjanla al máximo. Que se invierta todo lo que se quiera, internamente, en Haití, pero no liguen los pueblos porque nada bueno saldrá. Haití no es una nación, es una masa de gente, y con intenciones muy siniestras hacia los dominicanos”.

Un lector nos escribe sobre un artículo del pasado reciente. El señor Alberto Pichardo estima que es exagerada la cifra estimada en 4 millones de haitianos ilegales en el país y señala que si fuera cierto Haití estaría muy aliviada, pues un tercio de su población estaría viviendo aquí.

Otro asiduo seguidor de los temas que enfocamos, el señor Antonio Álvarez dice que se habla mucho del Rio Dajabón o Masacre, pero poco de sus orígene