No debería causar alarma que una denominada Comunidad de Haitianos Organizados en República Dominicana convoque a sus compatriotas a participar en una caminata en el Parque Mirador, aunque llama la atención que esa actividad “recreativa” se organice después que el Gobierno rehusó firmar pactos sobre Migración y Refugiados.
Lo que resulta extraño es que al organizar esa caminata, el conglomerado haitiano reclame que a sus nacionales se les reconozca los derechos consagrados a los inmigrantes consignados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo que hace pensar que la convocatoria no tendría un fin deportivo o recreativo.
Es oportuno señalar que los migrantes legales o indocumentados disfrutan en República Dominicana de libre circulación y residencia, como lo demuestra que esa amplísima comunidad se asienta en cualquier parte del territorio nacional.
La diáspora haitiana tiene libre acceso a todas las fuentes posibles de empleo, educación y vivienda, pero sería mucho pedir si los convocantes a la caminata también reclaman que las autoridades no apliquen la ley de Migración. Hasta ahí no se puede.
Activar la alarma
Los reportes de cuatro casos de rabia canina, tres de los cuales corresponden a niños mordidos por perros en Pedernales y un adulto en Santiago, deberían motivar la inmediata ejecución de un programa de prevención de contagio de esa enfermedad letal.
El Ministerio de Salud Publica debería indagar sobre denuncias de que personal médico de hospitales públicos no cumplen con el protocolo de atención requeridos a pacientes que sufren mordidas de perros, gatos y otros animales que transmiten el virus de la rabia.
Uno de los niños ingresados con síntomas de rabia en el hospital Robert Reid Cabral murió días después a causa de ese contagio que sufrió porque no fue vacunado en el tiempo requerido.
Los casos de contagio de rabia y la muerte de un niño a causa de ese virus, es motivo suficiente para que Salud Pública active la alarma sanitaria en los aspectos preventivos y de aplicación del protocolo requerido a pacientes que sufren mordidas de perros, gatos, ratas y otros animales.
