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Hermanos Guillén son principales promotores cultura RD

Hermanos Guillén son principales promotores cultura RD

MADRID, (EFE).- Los hermanos Guillén son conocidos en República Dominicana, y fuera de ella, como los principales promotores de la cultura taína, cuya expresión artística han conseguido revivir a través de réplicas de dioses y otras figuras de devoción de los primeros habitantes de Las Antillas.

Los cuatro hermanos participan estos días en Madrid en el Primer Congreso Internacional del Contract y la Arquitectura, una reunión que cuenta también con la presencia de delegaciones llegadas desde las islas caribeñas de Jamaica y Barbados.

En una entrevista con Efe, Esteban Guillén, explicó que dentro de su búsqueda incansable de expansión, el “contract” les permitirá brindar un entorno acorde con la historia dominicana.

El “contract” es un concepto que busca ofrecer a los empresarios hoteleros servicios integrales realizados en origen, que giran en torno a la arquitectura, el interiorismo y las manufacturas.

Guillén indicó que la fábrica familiar, que hoy cuenta con 38 empleados y maneja un volumen de negocio de unos 175.000 euros (unos 233.000 dólares) anuales, surgió en 1989 por el amor a las tradiciones taínas de su hermano Jesús, y el firme deseo de llevar adelante un proyecto propio.

Así, y gracias a la formación de Jesús como alfarero, comenzó en Yamasá, provincia de Monte Plata (al norte de Santo Domingo), la producción que 20 años después mantiene su carácter artesanal, y que se ha ido desarrollando sin descuidar el afán primario de reivindicar y explicar la expresión artística taína en diferentes foros.

Universitarios, colegiales, turistas, y demás interesados en conocer las devociones de los indígenas antillanos visitan el taller de los Guillén, así como su finca, y se empapan de una pasión que no decrece.

El artesano enfatizó sobre la cultura taína que “no era una cultura atrasada, era una cultura socialmente organizada y artísticamente desarrollada”.

El afán inculcado por su padre ha mantenido a los hermanos unidos en el negocio, que atienden ellos mismos, y que despuntó en 1992 durante los actos celebrados en la isla caribeña con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América.

A partir de ese momento, las figuras de barro de los Guillén fueron conocidas fuera de República Dominicana, concretamente en la ciudad española de Sevilla, y ese reconocimiento internacional reforzó el valor de las piezas en el entorno de los hermanos.

En ese mismo momento, y de la mano del boom que vivió la industria turística en República Dominicana, los Guillén pasaron de los primeros amuletos que elaboraban a las grandes piezas que, desde entonces, han adornado hoteles, restaurantes, y otras instalaciones de servicios al sector hotelero.

Pero el bienestar económico de los hermanos no ha implicado que el desarrollo de su industria se aparte del aspecto social.

Esteban Guillén señaló que muchos de los alfareros que se formaron en su taller han instalado sus propios negocios en la zona, y cuentan con el apoyo de los hermanos para la gestión comercial de sus productos.

“Por eso Yamasá es conocida como la ciudad de la artesanía taína”, afirmó orgulloso.

Uno de los últimos inventos para aprovechar toda esa riqueza, es el desarrollo de un producto turístico denominado “Arcilla, chocolate y azúcar”.

A través de este concepto, el público visita la finca de los Guillén y tiene la oportunidad de conocer entre otros atractivos las plantaciones de cacao y probar chocolates artesanales, así como observar el taller y el horno de leña ecológico que trabaja a base de madera reciclada de los aserraderos de la zona.

El taller de los Guillén permanece abierto para todos lo que se interesen en llegar hasta Yamasá a escuchar la historia de los dioses taínos y, si así lo desean, comprar sus piezas directamente en la tienda de artesanía.

Como última y, probablemente, más grande proeza, Esteban Guillén anunció que próximamente los hermanos expondrán sus piezas en una muestra para invidentes que organizarán junto con el Museo del Louvre en París.

El Nacional

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