La palabra censo es de origen latín, y comenzó aplicarse durante el apogeo del imperio romano, ya que consistía en establecer una lista para tener en cuenta la cantidad de varones adultos en cada aldea, a fin de activarlos en el servicio militar.

Se conocen censos tan antiguos como el realizado en Egipto en la Dinastía I, en el año 3,050 antes de Cristo, o en China en el año 2,238 antes de Cristo el emperador Yao mandó elaborar un censo general que recogía datos sobre la actividad agrícola, industrial y comercial.

El censo moderno es esencial para las comparaciones internacionales de cualquier tipo de estadística, y los censos recopilan datos sobre muchos atributos de una población, no solo sobre cuántas personas hay.

Los censos por lo general comenzaron como el único interés de recopilar datos demográficos, pero ahora forman parte de un sistema más amplio de diferentes encuestas y objetivos diversos.

Uno de los casos particulares de censo, pero al mismo tiempo uno de los más comunes, es el denominado censo de población, en el cual el objetivo es determinar el número de personas que componen un grupo, normalmente un país o una nación.

Sin embargo, el primer Censo Nacional del que se tenga conocimiento en República Dominicana fue levantado desde el 19 de enero hasta el 24 de diciembre de 1920, durante la administración del general Thomas Snowden, gobernador estadounidense de Santo Domingo tras la ocupación estadounidense de 1916.

La historia registra otros censos más antiguos, pero con menos rigor científico que el realizado por el general Snowden en 1920. Uno de ellos fue sobre el repartimiento de indios de 1514; el Censo de Osorio de 1606 (para contar esclavos, ingenios, hatos, estancias de jengibres y puertos); los Censos de 1780 (parroquiales), de 1819 y de 1824, efectuados por Jean Pierre Boyer (durante la ocupación haitiana).

Como verán ninguno de los censos que ha hecho el país ni el mundo procuran identificar indocumentados, ya que esos datos no son empleados con fines migratorio ni forman parte de ningún complot externo.