Opinión Articulistas

Hombre de dos décadas

Hombre de dos décadas

Manuel Fermín

Por firmísima convicción creo que esa distinción debe caer en Héctor Valdez. Como gobernador del BC ha tenido un desempeño atractivo y eficaz, y lo confirma el FMI en el último informe de su Misión de Consulta del Artículo IV a República Dominicana, cito: “el país ha tenido un desempeño económico sobresaliente en las últimas dos décadas, apoyado en políticas sólidas, estabilidad institucional y un ambiente favorable a la inversión…”. Evidentemente, Valdez nunca ha apelado a argumentos populistas ni demagógicos de muy poco peso intelectual para un economista con los pies en la tierra, precisamente porque él mismo lo rechaza.

Alérgico a la controversia y al ruido, y a esa etiqueta de distinción u honor, él le huye. Por tanto, su manejo ha dejado más bienes que males y más conocimiento que sombras.

Los beneficios sostenidos comienzan con aquella resurrección de la confianza recuperada a partir del 2004, que deberá ser recogida en la memoria económica de la nación, y que muestran su consistente actuación.

Los diferentes mandatarios han sido conscientes que el cargo exige preparación, dedicación, esfuerzo, incluso “saber de política”, y su trabajo ha servido para elevar el prestigio económico de los gobiernos aplicando un programa que ha cumplido metas: baja inflación, alta inversión extranjera, prudente depreciación de la moneda, oportuna reserva de divisas, cumplimiento del servicio de la deuda, el empleo, entre otros. Y la verdad que no se ha detenido la cadena al alza del bienestar, y si hay errores son de políticas públicas deficientes. Los años de crecimiento económico han dejado, quiérase o no, una estela positiva, y pienso que la más relevante es la estabilidad social.

Claro, estos resultados serían imposibles sin el esfuerzo de los agentes económicos, financieros, y políticos. Indudablemente, hemos recorrido dos décadas en que la sociedad palpita, y que las buenas y ejemplares acciones del BC, encajan para elevar a Valdez y su rigorismo moral y profesional al “Hombre de dos Décadas”, y poner en práctica el viejo refrán: “es de bien nacidos ser agradecidos”.