La inteligencia artificial es una tecnología en constante evolución que tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que vivimos nuestras vidas. Yuval Noah Harari en su libro “Homo Deuz, publicado en 2016, predijo sus beneficios, así como los profundos riesgos para la sociedad y la humanidad.
Recientemente recibimos ChatGPT al que se puede acceder a través de Google. Es un robot (no buscador) que responde a tus instrucciones o preguntas a través de texto. Ahora nos sorprenden Dell-E que diseña imágenes (Trump preso, Papa a la moda, concierto rock en Corea del Norte)
Estos programas que tienen alborotado al mundo, fueron hechos por una compañía llamada OpenAI cuyo propietario y creador es un joven genio estadounidense, homosexual declarado, que responde al nombre de Sam Altman. Consciente del impacto que la inteligencia artificial puede tener en la humanidad, declaró: «O esclavizamos a la inteligencia artificial o nos esclavizará a nosotros”
ChatGPT es gratis y está revolucionando la forma en que interactuamos con la tecnología, mejorando la calidad del servicio al cliente, permitiendo avances en la investigación médica y haciendo que el aprendizaje sea más accesible. Ahora se dispone de ChatGPT-4 que es una herramienta mucho más potente, pero con pago mensual.
La pasada semana un grupo de prestigiosos científicos pidieron mediante carta pública que pausen por seis meses los avances de inteligencia artificial, hasta conocer mejor sus implicaciones; Aseguraron que los laboratorios que trabajan con esta tecnología están desarrollando e implementando mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden comprender, predecir o controlar de forma fiable.
¿Deberíamos desarrollar mentes no humanas? Un informe reciente del banco de inversión Goldman Sachs señala que la inteligencia artificial podría reemplazar el equivalente a 300 millones de empleos de tiempo completo. (una cuarta parte de las tareas laborales en EE.UU. y Europa) pero también una oportunidad para nuevos puestos de trabajo que hasta ahora no existían.
Para el 2025 se prevén grandes cambios: La fusión nuclear como prototipo de energía sostenible; La inteligencia artificial al alcance de muchas personas; y la edición genética que logre curar al menos una de las enfermedades más importantes que nos afectan. Con estas nuevas tecnologías también cambiarán conceptos sobre la religión, el poder y la política. Vale releer “Homo Deuz”.