Carta de los Lectores

Iglesia al frente

Iglesia al frente

La Iglesia católica parece dar un paso al frente. Luego de un período de silencio, ahora salta en presentar una cara más dinámica y humana, al enfrentar males que sufren los dominicanos.

Los voceros de la iglesia consideran intolerables los cuadros de corrupción y también claman para que se mejoren las condiciones de vida de los más necesitados. Es un mensaje realista, que desde hacía tiempo se esperaba.

Ojala y sea un despertar de la cúpula de los católicos, que a veces congelan la lucha social y se refugian en un manto que los aleja de los grupos más necesitados del país.

Bien que clamen para que se persiga a todos los implicados en temas de corrupción, no importa en qué administración se cometieron los hechos. El dinero dilapidado es del pueblo, y es necesario para ejecutar obras de bien social.

En la lucha contra la corrupción no puede haber culpables favoritos, e inocentes que son beneficiados. Es cierto y ahora lo plantean los templos. Ojala y esa lucha no sea una aventura de un día.

Creo que no. La iglesia dominicano no puede congelar la unión por mejorías generales de la población,  y debe levantar su voz contra el hambre, la miseria, las injusticias, la corrupción y el alto costo de la vida.

Son problemas que a diario conoce la comunidad y se desespera porque no ve soluciones a simple vista. El presidente Luis Abinader trabaja para sacar a dominicanos de la pobreza, y de la exclusión social.

Pero son males que vienen de antaño,  por lo que las soluciones nunca serán en un abrir y cerrar de ojos. Es más, en la lucha contra la miseria extrema tiene que darse una mancomunión de esfuerzos entre  el sector privado y el gubernamental.

Esa unidad de esfuerzos tiene que comenzar poniendo fin a los aumentos progresivos de artículos de primera necesidad,  y la cobertura de los servicios, que se mueven en línea ascendente sin que nadie los controle.

Ya hemos visto campañas bien dirigidas  por el periódico Camino, pero en muchas ocasiones son hechos aislados, a los cuales se ponen en titulares y luego se olvidan. La democracia y la paz son posibles cuando se aplican medidas de  corte social.

Hay un despertar de los voceros de la iglesia católica. Queda esperar que le den continuidad a sus inquietudes. No que sean dardos lanzados sin objetivos,  El país necesita orientación de la cúpula católica, y  no que se  congele la protesta.

Manuel Hernández Villeta

Fernando Suero

Periodista, catedrático universitario, máster en periodismo digital y de datos; articulista de opinión.