Opinión Articulistas

Impacto

Impacto

Pedro P. Yermenos Forastieri

No existía manera, como ahora, de predecir circunstancias indeseadas antes de la llega de los partos.
Por eso, el impacto fue más desgarrador cuando recibieron la información. Aquella ilusión, intensamente acariciada durante tantos años, derivó en una sorpresa que transformaría sus vidas para siempre.
Luego de superar múltiples obstáculos para poder concebir, porque los inconvenientes se presentaban en los dos, cuando lo lograron, su existencia giró en torno a aquel acontecimiento que se haría visible nueve meses después. Eran frenéticas las gestiones para preparar la llegada, aun sin conocer el género al que pertenecería la criatura.

Pasado el trauma inicial, y con la asistencia de asesoría especializada para dotarse de herramientas para manejar de la mejor forma aquella situación, juraron que no se dejarían derrotar por el imprevisto.
Estaban dispuestos a asumir lo que fuere necesario para hacer lo más llevaderos posible los días en la tierra de aquel regalo que con tanto amor habían procurado. No solo lo harían por ella, sino por estar convencidos de que, por encima de todo, durante ese proceso, ellos también encontrarían una enorme fuente de realización personal.

Impresionaba la dedicación, la entrega y la dulzura con la cual la asistían en todas sus necesidades, al tiempo de entrenarla para sacar el máximo provecho de sus limitadas posibilidades y, de esa forma, suplir todo aquello que el destino, o como cada quien quisiera denominarle, le había negado.

Asombraba la agudeza y la certeza para evaluarlas que, con el transcurrir del tiempo, fue desarrollando sobre las artes plásticas. Uno de los momentos más difíciles para sus padres fue cuando les solicitó que la inscribieran en una escuela de pintura. No encontraban las palabras para hilvanar la pregunta que se imponía. “No se preocupen, inscríbanme, que yo resolveré”, les contestó cuando al fin pudieron formular la interrogante.

La siguiente situación embarazosa fue al llegar al centro educativo. Los profesores estaban angustiados, era la primera vez que una situación de esa naturaleza se les presentaba, pero la actitud de la jovencita no admitía vacilación. La aceptaron.

Doce meses después participó en su primera exposición colectiva. En la inauguración, ningún cuadro impresiónó tanto como los de ella. Al momento de presentar los nóveles artistas, en su turno, todos quedaron atónitos. Cómo podía, aquel ser apenas saliendo de la pubertad, alcanzar tales niveles de perfección manejando los pinceles con unos pies muchísimo más diestros que las más experimentadas manos.