¿Qué Pasa?

Javier The Jeweler, un dominicano que superó vicisitudes y ahora triunfa en la Gran Manzana

Javier The Jeweler, un dominicano que superó vicisitudes y ahora triunfa en la Gran Manzana

Dice el dicho popular: “Uno por su mejoría, hasta su casa dejaría”, y no hay frase más cerca de la realidad, pues es la situación de miles de dominicanos que han emigrado a Estados Unidos, con una maleta cargada con el dolor de dejar a sus seres queridos y todo lo que conocen atrás, así como con la esperanza de lograr el tan mencionado sueño americano y permitirse sacar adelante a sus familiares.

Javier Veloz, conocido en la comunidad dominicana en los Estados Unidos, como “Javier The Jeweler”, es uno de ellos, un destacado joven del sector de Los Mina, nacido en el seno de una familia humilde y trabajadora, quien luego de “guayar la yuca”, como se dice en buen dominicano, logró tener su propio negocio en el exclusivo “Diamond District”, convirtiéndose en un próspero joyero de la ciudad de Nueva York.

“Llegué a los Estados Unidos a los 34 años, como todo inmigrante que muchas veces sale de su país derrotado, no quise que fuese así, allá también luché, traté de salir adelante en mi tierra, pero lamentablemente es un país muy difícil”, dijo el confeccionista de joyas, quien desde el inicio tuvo muy claro que la “desesperación es parte del fracaso.

También te podría interesar: Gabriel Polanco, el dominicano que triunfa en la película de Netflix “El asesino”

“Vine por un sueño, me fajé, primero hice mi zapata, pues no es como se piensa, aquí las cosas no se consiguen de un día para otro, y en mi experiencia, aquí no hay forma que uno se vuele los pasos, hay que vivir el proceso, y saber que el sueño americano es un buen crédito para lograr una casa, dos vehículos y una pensión”.

Desde su llegada a Estados Unidos, tras salir de República Dominicana ahogado en deudas bancarias; Javier comenzó a trabajar en lo que siempre ha amado desde niño, la joyería, pues lo aprendió de un tío que era joyero de Larimar. Se legalizó como residente en el referido país e inició a trabajar en una joyería, donde conoció un poco más el negocio.

Tras tres años y medio aplicándose, aprendiendo el idioma y especializándose en el mercado, Javier renunció a su empleo de aquel entonces, y salió de allí con solo 100 dólares en el bolsillo, por lo que nueva vez las vicisitudes acechaban para derrotarlo, pero él tenía alguien que no lo permitiría y que nunca lo soltaría de la mano, Dios.

Su fe, su habilidad de emprendedor, fueron las claves para construir lo que hoy todos conocen como “Javier, The Jeweler”. La Marca” donde solo en la sucursal de Nueva York alberga 56 empleados, a quienes trata como familia.

“Hablé con Dios y le pedí una señal a ver si podía emprender, dar ese paso, o seguir trabajando como empleado. Donde estaba trabajando renuncié un 1 de febrero de 2017, con solo 100 dólares en los bolsillos, y no había pagado la renta que eran 1,300 dólares. Y Dios me envió la señal un día después, un cliente que había conocido meses antes y me pidió que le diseñara una cadena para su esposa, y cuando este me hizo la solicitud en mis bolsillos solo quedaban 40 dólares, por esa cadena me dio 200 dólares y sentí que fueron 2 millones”, aseguró Veloz notablemente emocionado al revivir aquellos momentos en donde nunca su fe se quebrantó.

Javier se arriesgó, alquiló un rincón en un sótano y puso su negocio, haciendo diseños en anillos como lo hacía en dominicana, pero se dio cuenta que hacer diseños de joyas personalizadas no haría dinero, por lo que comenzó a comprar y vender. Así como buen emprendedor que es vio más allá, descubriendo así un nicho en el mercado, el oro. “Aquí las joyerías eran muy dadas a que todo fuera en diamantes y relojes, nadie se concentraba en oro y dije “¡Cáspitas!, aquí hay un mercado grande”. Poco a poco “Javier, The Jeweler” fue creciendo, lo que le permitió adquirir el actual local en la 76 west 47 street, New York, afianzándose así en un mundo dominado por los joyeros judíos quienes lo aceptaron, lo cual fue notable al verlo pasearse por cada joyería de la zona para saludar, siendo recibido por cada uno de los propietarios y empleados con una gran sonrisa, apretón de manos y abrazos.

Veloz, caracterizado por una gran calidad humana, simpatía y buen sentido del humor, durante la entrevista, manifestó que “quiero que los jóvenes conozcan mi historia, que sepan que todo al tiempo de Dios, no al nuestro, se puede lograr. El dominicano de aquí le aparenta al que está allá, y viven de una ilusión. y el que viene de RD a Estados Unidos, mira y quiere, quiere pertenecer, quiere hacer, quiere tener, pero no entiende que todo es paso a paso, pero sí se logra” expresó.

El inmenso agradecimiento que el destacado dominicano siente por todas las bendiciones recibidas, lo ha estado manifestando a través de la comunidad. Javier apoya a los dominicanos de la diáspora como del país, en diferentes proyectos que resalten la cultura quisqueyana.